Opinión

Difíciles Pactos de Estado

Según Wikipedia Pacto de Estado es la denominación que se da a los pactos políticos entre partidos políticos de tendencias opuestas para enmarcar la acción del Estado a largo plazo en asuntos de trascendencia, sin consideración de qué partido ocupa el Gobierno en cada momento. Un Pacto de Estado se constituye en un instrumento para mejorar el funcionamiento de la democracia en ciertos temas de decisiva importancia para la ciudadanía, también pueden ser utilizados para enfrentarse a problemas excepcionales que trascienden a una concreta acción de gobierno. En todo caso exige que los partidos y las fuerzas sociales que participen estén dispuestos a trabajar a partir de una base común, lo cual no conlleva intento alguno de homogeneidad absoluta, sino alcanzar un acuerdo básico sobre algunos principios y estructuras fundamentales. Otro factor esencial para alcanzar un pacto de Estado es ser leal con el propio estado y con el interés general, interés general que ha de ser entendido como el concepto que resume las funciones que se encomiendan constitucionalmente a los poderes públicos y que concierne a valores y objetivos que trascienden los intereses concretos de ciudadanos y de grupos. Encontrar este punto de partida entre partidos de corte socialdemócrata y de corte liberal-conservador es posible, y así lo hemos conseguido en ocasiones en España y en otros países. Pero esta búsqueda de lo común se hace imposible cuando una parte de un gobierno, como es el caso español, se convierte en un referente de radicalidad, cuestionando instituciones básicas en un Estado de Derecho, cuando en todo encuentra un motivo para el enfrentamiento de tal modo que su acción política siempre se dirige contra alguien o contra algo. Así resulta difícil, sino imposible, y además se corre un riesgo, y es que esta ala radical del gobierno arrastre a los moderados o impida el ejercicio normal de su actividad, lo cual nos introduce en una deriva de inseguridad y progresiva radicalización. En este escenario y con un presidente de gobierno que derrocha empatía con los independentistas y con los herederos de Batasuna es difícil encontrar la base común de todo pacto de Estado, y máxime cuando el propio Sánchez se considera Estado, y contra el Estado a todo aquel que no está de acuerdo con sus políticas.