Las soberanías de la UE

Durante la crisis del coronavirus se ha constatado que el grado de soberanía alimentaria en la UE es muy elevado, aunque no hay que bajar la guardia. La cadena agroalimentaria, desde el principio hasta el final, ha dado el do de pecho y ha garantizado el abastecimiento en una situación de tensión muy fuerte. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de la cadena sanitaria y del mundo digital y tecnológico, en los que no tenemos soberanía y nuestro grado de autoabastecimiento es claramente insuficiente. En el caso de la primera ha faltado casi de todo, desde las mascarillas y los guantes hasta los respiradores, por poner tan solo unos ejemplos. Se trata también de un sector estratégico y los Estados miembros de la UE no pueden tener tanta dependencia del exterior. Por otro lado, en el mundo digital y en el sector tecnológico hace tiempo que la vieja Europa perdió la batalla frente a los Estados Unidos y China. Las grandes empresas que casi monopolizan este sector, también estratégico, vienen de estas dos potencias. Se podrían poner muchos ejemplos, pero baste con citar el lio que hay montado a cuenta de la implantación del 5G. Dos de los objetivos del Fondo de Recuperación que ha propuesto la Comisión Europea, que se negociará la semana que viene, son precisamente la recuperación de la soberanía sanitaria, especialmente ante la posibilidad de un rebrote en el otoño, y también que los europeos nos pongamos las pilas para recuperar algo del terreno perdido en el mundo digital. Aunque tarde, por algo se empieza.