Opinión

Moderación frente a radicalidad

La moderación es una forma de actuar y expresarse con mesura y sobriedad, sin caer en los excesos, sino siempre con sensatez y cordura; por ello es considerada una virtud que implica equilibrio y donde son fundamentales las ideas de templanza y prudencia. En el campo político la moderación se puede aplicar en este sentido calificando una forma de hacer política, bajo cualquier ideología, o puede ser una ideología en si misma, y como forma de obrar y actuar que procura ser equilibrada y ecuánime, se ubica en el centro, sin caer en extremismos o radicalismos; en esta acepción la moderación es conservadora, conciliadora y reformista, y nunca revolucionaria. Resulta curioso como en nuestro país algunos intentan abrir este debate sobre la moderación refiriéndola exclusivamente a la oposición, en concreto en su principal partido, el Partido Popular. No cabe duda de lo artificioso e interesado de este debate, pues el Partido Popular precisamente es eso, conservador, moderado, conciliador y profundamente reformista. En esta cuestión algunos se introducen henchidos de buena intención, pero otros, especialmente desde algunos medios de comunicación, se mueven por interés torticeros, tratando de evitar hablar del auténtico problema de España en estos momentos, la radicalidad del gobierno en su conjunto, de la cual, la presencia de Podemos en el mismo no es más que una mera expresión de la misma, y que tanto inspira la actuación del presidente Sánchez. Mas la presencia de Podemos en la coalición aumenta cualitativamente la carga radical en un gobierno disonante y anacrónico en la Unión Europea, el cual no encuentra aliados, sino una profunda desconfianza, precisamente por el temor que produce esta radicalidad. Tenemos un problema muy serio en España, el Gobierno de Sánchez, con sus pactos de coalición y sus acuerdos parlamentarios está ahora mismo del lado de los que quieren romper nuestra convivencia, en el ámbito territorial, donde los guiños al independentismo catalán, incluida la mesa bilateral con el Govern de la Generalitat, van contra todo el espíritu y la letra del diseño constitucional del Estado de las Autonomías; los guiños a los herederos de Batasuna, ataques e intromisiones en el ámbito de la Justicia, como el nombramiento de la Fiscal General en una diputada socialista y ex ministra hasta un día antes, son pura radicalidad alejada de toda moderación.