Opinión

Enemigos del pueblo

Tras la imputación del partido Podemos y alguno de sus responsables, al margen de lo que termine aconteciendo, ciertas manifestaciones que se producen en torno a este hecho me inspiran la expresión «enemigo del pueblo», que recordemos fue un término que se empezó a utilizar en la Revolución francesa para designar a los enemigos del régimen y poder actuar contra ellos mediante el ejercicio del terror. Mas el que convirtió esta frase en el código penal de las dictaduras comunistas fue Lenin, profiriéndola en una sesión del Soviet de Comisarios del Pueblo en su proposición para el arresto de los «más prominentes miembros de los Comités Centrales de los partidos enemigos del pueblo, y su juicio legal en un tribunal revolucionario». Stalin hizo de ello el pretexto jurídico para aniquilar y encerrar a millones de personas. Partidos radicales de izquierdas siguen haciendo del concepto su razón para justificar cualquier hecho tanto de forma activa para actuar contra alguien o algo, como para defenderse, porque todo lo que les ocurre o hacen afecta al pueblo que dicen representar y ello, aunque se queden ayunos de apoyo popular. Para los demócratas nuestros verdaderos enemigos son los enemigos de la ley y por eso creemos de verdad en las instituciones y en el estado de derecho, y asumimos sus consecuencias, nos plazcan o no. Un verdadero demócrata puede criticar una resolución judicial, pero lo que nunca hará es cuestionar el sistema y denostar a quien lo hace visible a través de actos y resoluciones. Ya lo advirtió Pablo Iglesias en el discurso de investidura de Pedro Sánchez «Pedro, no nos van a atacar por lo que hagamos, sino por lo que somos», y ya ha encontrado explicación al caso contra su partido, «nos persiguen por nuestra defensa de la república». Ya está , actúan los enemigos de un pueblo que solo puede encarnar un partido como Podemos; esto es especialmente grave, primero porque es mentira, y segundo, porque tales manifestaciones se unen al elenco de cuestionamientos e insultos proferidos contra el Poder Judicial, y esto, desde el Gobierno del Reino de España. Pero Podemos no es el problema de nuestra democracia, sino que todo esto se pueda hacer y decir desde el seno de un Gobierno de una de las democracias más avanzadas del mundo.