Política

Lola Delgado y su fiel Navajas

Ahora se trata de encontrar otros Navajas, que los hay, para colocarlos en el Supremo y otros puestos clave

El otro día me comentaban que es falso que Navajas reciba instrucciones de Lola Delgado, porque sabe muy bien lo que tiene que hacer para agradar a la jefa sin necesidad de que le diga nada. El teniente fiscal es, efectivamente, un buen oficial de complemento, porque le falta la imaginación y la gallardía necesarias para alcanzar el generalato. Esa ausencia de valor explica su capacidad de mantenerse en el cargo sometiéndose a los deseos de la izquierda. La Asociación de Fiscales considera que la Fiscalía sufre su mayor descrédito en 40 años tras el nombramiento de la exministra y diputada socialista como Fiscal General del Estado. No hay duda de que será un mérito para el Gobierno, porque es impresionante este descarado asalto al ministerio público que es similar al que se vive en otras instituciones. En este caso, es curioso que el fiel Navajas no viera ninguna contaminación ideológica en Lola Delgado. No hay nada mejor que los pijo-progres para protegerse entre ellos. No le faltó más que cantar las alabanzas ante la llegada de alguien tan ecuánime, independiente y dotada con una sapiencia jurídica sin parangón.

El asalto social-comunista a la Fiscalía, no hay que olvidar quién es el abogado y magistrado apartado de la carrera que mueve los hilos, es un síntoma de la grave crisis institucional que vivimos y el preámbulo de las cosas que sucederán en el futuro. Delgado y Navajas, lástima que se jubile, eran el tándem perfecto para convertir la Fiscalía en una maquinaria bien engrasada para aplastar a los enemigos políticos y amedrentar al resto. Ahora se trata de encontrar otros Navajas, que los hay, para colocarlos en el Supremo y otros puestos clave donde sean correas de transmisión de la todopoderosa Delgado y la más poderosa sombra que está a su lado. Hay cuestiones muy importantes sobre la mesa que se deben orientar en la «buena» dirección para que los comunistas, los independentistas y los antisistema estén contentos. No importa el descrédito, porque hay que asumir el uso alternativo del Derecho y la utilización de la Justicia al servicio de este nuevo frente que nos retrotrae a las pesadillas del pasado. Pablo Iglesias lo dejó muy claro al advertir al PP de que «no volverán a gobernar nunca». No sé si era el oráculo de Delfos o Nostradamus, pero la Fiscalía de Delgado y Navajas cumplirá su labor sin importar el descrédito que sufra la institución.