Google

La señora que le dice a Google por dónde se va

Todo el poder de Google y las redes no sirven de nada si la red de comunicaciones cae.

Google lo sabe todo. Nos vigila, nos rastrea, conoce dónde hemos estado y dónde nos encontramos en tiempo real. Nuestros gustos, las horas a las que nos conectamos, qué buscamos. Las tiendas online favoritas, la playa o la montaña, el norte o el sur. Pero cuando el señor Google se queda sin cobertura en Carbajales de la Encomienda (Zamora), ¿qué hace? Pues de poco vale toda la tecnología del mundo. Es mejor preguntar a una señora, como ha revelado un usuario de Twitter, Javier G. Martín, al toparse con la imagen de la buena mujer indicando claramente al coche de Google Street View por dónde continuar. Como saben, el gran hermano tecnológico desplegó una flota de vehículos por los países que considera que tienen interés comercial (no intenten hacer Street View en Burkina Faso) para grabar las calles y caminos y poder recorrerlos virtualmente. Pues bien, eso fue lo que hizo el usuario y se topó con la imagen, que comentaba así: «Mucho Maps y Street View pero hasta el señor de Google recurre a un lugareño cuando se pierde. Siendo la escena en un pueblo de #Zamora seguramente se quedó sin cobertura».

La anécdota es divertida, pero recuerda varias cosas. Todo el poder de Google y las redes no sirven de nada si la red de comunicaciones cae. ¿No se han sentido un poco inútiles o sin propósito cuando de repente se va la luz? Todo el castillo de nuestro bienestar se derrumba cuando saltan los plomos. También sirve esta historia para ilustrar que hay muchas personas que viven en la «oscuridad» de esa falta de servicios, como habitantes dejados al margen. Son lugares con desabastecimientos de todo tipo, pero entre los más graves están las comunicaciones que, como la pandemia nos ha enseñado, pueden convertirse en la clave de la educación o incluso de la asistencia médica. La cosa es peor. Según recogía la web de tecnología Gizmodo, «el problema va más allá de la cobertura de móvil. El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital define este pueblo y otros de alrededor como zonas blancas NGA, lo que significa que no disponen de cobertura de redes de banda ancha de nueva generación ni está previsto que la tengan en los próximos tres años».

Dicen que es posible que volvamos a los pueblos, que de repente nos hemos dado cuenta que vivir en la ciudad es un asco. ¿Realmente hará falta que la gente de las ciudades regrese a los pueblos para que se les preste atención? ¿Es justo colocar a esas personas en una categoría que les condena a tres años sin comunicaciones? Si volvemos, ¿molestaremos igual que «los asquerosos» de la novela de Santiago Lorenzo? Yo, puestos a elegir, prefiero hablar con María Jesús de Carbajales de la Encomienda (Zamora) que con Google, sin ánimo de incordiar.