Opinión

Warren vobiscum

Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, también ha sido capaz de asumir todos los papeles, menos uno: el de vaticanista. Ayer lo intentó.
Nuestro periódico informó de que asociaciones católicas habían advertido al Santo Padre sobre las políticas «profundamente divisivas» de Warren, y sobre el peligro de que la izquierda manipule la visita. De estos autodenominados progresistas la Iglesia puede esperar ataques a la enseñanza concertada, y promoción de la eutanasia y del aborto de niñas menores de edad sin intervención alguna de sus padres. Por no hablar de las inmatriculaciones, el IBI, el acorralamiento a la asignatura de religión y la expulsión de los monjes del Valle de los Caídos.
Y la izquierda manipulará todo lo que pueda. Ya ha empezado hacerlo, con su aplauso a la encíclica «Fratelli Tutti», que pocos han leído. Los matices de la doctrina de la Iglesia son ignorados por quienes, como Warren y tantos otros, no quieren saber del catolicismo nada que no les convenga políticamente. Y ahora nos quieren hacer creer que Francisco es una suerte de progre (analizo algunos de estos trucos aquí: https://bit.ly/2Togc0g).
Pero en el Vaticano son todo menos estúpidos. Esto significa que Francisco y la Iglesia son perfectamente conscientes tanto de la hostilidad de la izquierda a los católicos como de su destreza manipuladora.
Veamos esto último. Tampoco los de Warren son bobos, o al menos no son tan necios como para repetir el patinazo de Carmen Calvo, que quiso hacerse la lista después de una visita a Roma, y fue rápidamente desmentida. No cabe jugar con quien atesora veinte siglos de experiencia diplomática. El Papa lo sugirió en sus palabras: «las ideologías destruyen la patria».
De ahí el tweet de Warren agradeciendo al Pontífice por haberlo recibido y apuntando unos lugares comunes sobre «una mirada social; protegiendo a los más vulnerables y avanzando, toda la sociedad unida, hacia un mundo más justo y solidario». Vamos, como si fueran réplicas de la Madre Teresa de Calcuta quienes piensan sobre todo en la Agencia Tributaria.
Warren Sánchez necesitaba la foto. Por eso viajó a Roma dos veces en una semana. Y lo habría hecho dos veces en un mismo día para poder presumir de vaticanista. La clave, como siempre, es a cuántos podrá engañar. Conjeturo que no serán muchos en el propio Vaticano.