Opinión
Ribera, ordeno y mando
Ocho meses después de su nombramiento como secretaria general para el Reto Demográfico, Elena Cebrián, que en la anterior legislatura autonómica fue consejera de Agricultura en la Comunidad Valenciana, ha cesado-dimitido en ese puesto. Para unas fuentes se trata de un cese en toda regla, mientras que para otras nos encontríamos ante una dimisión. En cualquier caso, la razón de fondo es la misma: falta de entendimiento con la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que ¡menudo carácter el suyo! Cebrián ha sido sustituida por Francisco Boya, nacido en Les (Lérida), que cuenta con «amplia trayectoria trabajando por mejores oportunidades para el mundo rural», según dicen desde el departamento de Ribera. Además, domina cuatro lenguas: castellano, francés, catalán y aranés. Esta noticia del cambio de personas ha sido el único hecho relevante en materia de política de reto demográfico, en teoría una de las principales preocupaciones del actual Gobierno, en los últimos nueve meses, desde que se creó el citado organismo y se nombró a su titular. En consecuencia, no se puede decir que los hechos y actuaciones respalden a la teoría.
Todo ello ha coincidido con el anuncio hecho por Teresa Ribera días atrás en el Senado de que el Plan de Recuperación de la economía española destinará algo más de 2.500 millones de euros para afrontar el grave problema del reto demográfico. Ese dinero se destinará a financiar proyectos enfocados a la reactivación económica en áreas afectadas por la despoblación, entre ellos la mejora de la conectividad digital del medio rural y el impulso a la vivienda. De momento, lo único concreto es que habrá solo 19 millones para poner en marcha actuaciones relacionadas con el reto demográfico. No parece que sea mucho. Toca esperar para ver si de las palabras se pasa ya a las obras.
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