Política

Inés se cayó del caballo

Lo peor para Arrimadas es que ha hecho el ridículo, porque hace tiempo que tendría que haber roto y ha alargado innecesariamente la agonía

Le ha costado, pero por fin Arrimadas ha entrado en razón y ha puesto fin a su nefasta obsesión por conseguir que Pedro Sánchez le hiciera un hueco en la corte de La Moncloa. Lo más sorprendente es que ninguno de los socios de investidura la querían y parecía que a la líder de Ciudadanos no le importaba. El grado de menosprecio de Iglesias era colosal. Muchos nos preguntábamos qué más tenía que suceder para que entendiera que no podía ir de la mano de los comunistas, los independentistas y los herederos de ETA. A lo mejor pensaba que podría fascinar a Sánchez y hacerlo romper con sus compadres. La cuestión es que los acuerdos para los Presupuestos se iban sucediendo e Inés parecía una orgullosa millonaria neoyorquina salida de las página de Washington Irving esperando la llegada de su pretendiente. Es verdad que uno de mis mejores amigos considera que parece una virgen de Murillo, pero al final todo es más simple y solo se trata de la supervivencia. No es un ser angelical, ninguno lo somos, sino que pelea por conseguir un hueco y lo tiene bastante difícil desde que el padre fundador, Albert Rivera ahora reciclado en abogado del PP, abandonó el barco.

Y finalmente…. Inés se cayó del caballo y mutó para criticar que Pedro Sánchez haya preferido a Otegi y Junqueras. Menuda sorpresa. Nadie hubiera imaginado que el presidente del Gobierno desdeñara la rendición de nuestra virgen de Murillo para aliarse con dos independentistas que coinciden en haber sido condenados por la comisión de delitos muy graves. Hasta yo estoy sorprendido por la sorpresa de la sorprendida Inés que no consigue salir de su asombro ante la sorpresa que le ha dado el sorprendente Pedro Sánchez. En fin, todos sorprendidos y airados porque no se valore el sacrificio de la animosa Inés que ahora está inmersa en la desventura provocada por la indiferencia monclovita. Sánchez ha conseguido lo que quería, como siempre, porque le gusta el bipartidismo y ha dejado a Ciudadanos para el arrastre. Por supuesto, sin ningún coste electoral porque sus votantes prefieren que se alíe con Podemos. Es verdad que cuanto más débil este Iglesias, algo que por ahora no sucede a pesar de su retroceso en las encuestas, mejor para el hábil inquilino de La Moncloa que confía estar varias legislaturas hasta que se encamine al parque de los ciervos. Lo peor para Arrimadas es que ha hecho el ridículo, porque hace tiempo que tendría que haber roto y ha alargado innecesariamente la agonía.