El Gobierno de Pedro Sánchez

Satisfacción sanchista

En su balance del año 2020, Sánchez se mostró «muy satisfecho» de la gestión de su Gobierno, del porcentaje de cumplimiento del programa y del funcionamiento de la coalición que dice sale reforzada para toda la legislatura. Y eso de momento, porque con Iglesias, Rufián, Otegui, Errejón, el de Teruel, el BNG y el PNV, si Dios no lo remedia, las perspectivas pueden ser todavía más satisfactorias para él mientras haya dinero a repartir y competencias para desguazar el Estado.

La cuestión es que si se muestra así tras un año sin precedentes en cuanto a daño producido desde la Guerra Civil, la conclusión inevitable es que para Sánchez y su Gobierno Sanchezstein, cuanto peor para España y los españoles, mejor para ellos. Mientras a sus diputados les guste, Sánchez seguirá en el poder para gozo de su persona y sus votantes.

Por el camino de esa satisfacción sanchista, quedan 50.000 fallecidos –miles más según el INE– que para él no cuentan, y decenas de miles de Pymes y autónomos desaparecidos. A cambio, tenemos más derechos, como la ayuda para suicidarnos gratuitamente ingresados o a domicilio. Un derecho de nueva generación al que tenemos que añadir otro: que Celaá decida el mejor modelo educativo para nuestros hijos. En el horizonte, Calvo nos democratizará la memoria al gusto de Iglesias, Rufián y Otegui; y mientras, nosotros quejándonos… Sin duda, somos unos ingratos.

Esperemos que para ellos el nuevo año sea menos satisfactorio que este desgraciado 2020 que tanto gozo ha reportado al Gobierno.