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Opinión

Del 8-M al 14-F

Los intereses del candidato Illa entran en conflicto con los del ministro Illa

La fecha del pasado 8-M está ya vinculada a la historia de esta pandemia como la detonante de la vertiginosa expansión del coronavirus, con ocasión de las manifestaciones celebradas para conmemorar el día de la reivindicación feminista. El Gobierno subordinó entonces el interés sanitario al desarrollo de esa jornada, comprometiéndose públicamente con su celebración, porque «a las mujeres les iba la vida en ello». Nada menos que diez miembros del Gobierno asistieron para capitalizar políticamente la fiesta de la fecha feminista. Tanto fue así, que las pregoneras oficiales que copaban las cabeceras de las manifestaciones se contagiaron, con Carmen Calvo, Irene Montero y Begoña Gómez al frente de todas ellas, aunque luego no han asumido responsabilidad política alguna por lo sucedido.

Ahora se repite la historia con la fecha del 14-F como jornada electoral, con la subordinación de la salud pública de los ciudadanos, a los intereses políticos y partidistas del Gobierno, especialmente de los catalanes. Al designar en plena oleada de contagios al ministro de Sanidad como candidato a la Generalitat y manteniendo ambas responsabilidades, los intereses del candidato Illa entran en conflicto con los del ministro Illa, que tiene el inexcusable deber de procurar garantizar la Salud Pública ante todo y sobre todo.Los separatistas, por su parte, quieren retrasar la fecha del 14-F, pero también por exclusivo interés electoral, dando todos ellos un espectáculo tan lamentable como inaceptable. Mientras los dirigentes van a lo suyo, los estragos sociales y económicos por la pandemia están hundiendo el país.

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