Política

Los trileros de Madrid

No tenemos que sorprendernos ante el desesperado acto de filibusterismo del PSOE y Más Madrid en un absurdo e infructuoso intento de parar la disolución de la Asamblea y la convocatoria de elecciones. No entiendo que Gabilondo se preste a esta tropelía. Ayuso ha hecho uso de sus facultades, que gusten o no a la oposición es irrelevante, y ahora le corresponde opinar al pueblo. A las 12:25 horas, tras la preceptiva celebración del consejo de gobierno donde informó sobre su decisión, procedió a firmar el decreto de disolución. Este hecho se produce antes de la presentación de las dos mociones de censura. La consejera de Presidencia remitió la comunicación oficial al presidente de la Asamblea. Finalmente, se publica hoy en el BOCAM. Por tanto, se cumple escrupulosamente la previsión legal. La decisión de la mesa, controlada por Ciudadanos y la izquierda, de admitir a trámite las dos mociones de censura es incomprensible y un acto de prevaricación. No es válida, porque la mesa se ha convocado de una forma irregular, sin tiempo y sin documentación. Hay que tener en cuenta que a partir de las 00:01 de este martes la Asamblea no puede convocar nada.

La aceptación de esta práctica irregular sería tanto como desvirtuar las competencias estatutarias de un presidente autonómico, porque nada más conocerse la disolución de la cámara se podría presentar una moción de censura y paralizar el procedimiento. Es evidente que estamos ante un fraude político. La norma establece que no se puede disolver tras presentarse una moción de censura, es algo de sentido común, pero esa misma lógica jurídica establece que esa iniciativa de los grupos de la oposición no puede paralizar una disolución válidamente realizada. Ayuso acordó esta media, en uso de sus competencias, y reventó la estrategia socialista de quitar Madrid, Murcia y su capital al PP. La reacción de la presidenta al conocer la operación del PSOE y entender, acertadamente, que irían contra ella fue adelantarse para preguntar a los madrileños qué gobierno quieren. La euforia que se vivía por la mañana en la sede socialista, a la que acudió el propio Sánchez para comandar la operación, quedó aguada cuando la presidenta madrileña anunció la disolución. Ciudadanos está en modo supervivencia y arriesga mucho con esta operación de trileros en Murcia y Madrid. En cambio, Juan Marín y Francisco Igea han acertado manteniendo su lealtad a la coalición con el PP, respectivamente, en Andalucía y Castilla y León.