Cuba

El cuidador de cocodrilos

Zoé Valdés

Sí, ha leído usted bien, «cuidador» y no «cazador» de cocodrilos. Yandier García Labrada (https://zoepost.com/especial-yandier-garcia-labrada-del-mcl-preso-desaparecido-del-castrismo), preso político cubano desde el 6 de octubre del 2020, desaparecido durante los primeros días de su detención, y todavía sin petición fiscal, es un campesino, un agricultor, que se dedicaba antes de ser apresado por los esbirros castristas a cuidar cocodrilos, no a cazarlos, sino a ocuparse de ellos.

El Vaquero, como se le conoce allá en Manatí, poblado en la provincia de Las Tunas, es miembro del Movimiento Cristiano Liberación. Un hombre trabajador y callado, como solían o suelen ser todavía algunos campesinos cubanos. En octubre salió de su casa a hacer una larga cola para comprar algo con qué alimentar a su familia. En la cola, vigilada por la policía –¿o era a él a quien vigilaban?– protestó frente a la desorganización y la injusticia que allí imperaban. Esa fue la justificación para que la policía decidiera llevárselo preso, como si estuvieran esperando el más mínimo conflicto para hacerlo.

Yandier García Labrada nunca hizo más que su trabajo, y muy discretamente actuó como actúan los miembros del MCL, que conspiran bajo la más entera prudencia, y con sagacidad; jamás se le vio disfrazado de rumbera, ni armando performances insustanciales, tampoco habló en lenguaje inclusivo para congraciarse con la izquierda marxista de Black Lives Matter, ni mucho menos condenó a España por las atrocidades de una esclavitud en la isla en un lejano pasado, como sí hicieron por el contrario otros supuestos opositores en Cuba, que parecieran diseñados por el mismísimo Ministerio del Interior, con la intención de darle un definitivo tiro de gracia a la verdadera oposición. No, Yandier, El Vaquero, protestó enérgicamente en una cola del hambre, colas que no aparecieron recién, colas de más de 62 años de tiranía. Esa es la razón por la que lo han conducido al aislamiento en una celda dentro de esa gigantesca prisión que es Cuba, una isla que cuenta con mayor número de prisiones que de playas.

Sin embargo, la diáspora cubana, que no el exilio, la palabra exilio es para mi muy sagrada, hay que trabajar duro para ser un verdadero exiliado, ser exiliado es una categoría que hay que ganarse; pues la diáspora –decía– se empeña en ignorar a Yandier García Labrada, cosa que a mi juicio es lo mejor que podía ocurrir para no caer en semejante relajo que ya avergüenza, bajo pena que también los ignoren las instituciones internacionales, gobiernos, y organizaciones mundiales, muy ocupados en entretenerse ellos también con esa Serie de NetxFó (fó en cubano significa peste) que una vez más pone en función de la necedad, y engaño colectivo acerca de lo que realmente sucede en aquel desdichado país. Una serie televisiva plena de fintas y cuentecillos, en la que se enrola también como productora muy activa la embajada norteamericana en la isla. Lo que se traduce ni más ni menos en que el gobierno de Estados Unidos vuelve a estar comprometido en una nueva traición al pueblo cubano como hicieron Kennedy, Obama y ahora Harris (que es la que manda en Estados Unidos).

El líder del MCL, Eduardo Cardet, quien a su vez estuvo tres años en la cárcel, también olvidado por esa misma diáspora y en gran parte por esas mismas instituciones y gobiernos, ha denunciado el caso de Yandier García Labrada infinidad de veces, como mismo han hecho Carlos Payá y Regis Iglesias Ramírez del Movimiento en España. Carlos Payá es el hermano del asesinado por el régimen, Oswaldo Payá, líder fundador del MCL, y Regis es poeta, escritor, portavoz del MCL en España, y es uno de los 75 presos de la Primavera Negra de Cuba, que en el 2003 fue conducido a una prisión para salir 8 años más tarde, directamente desterrado hacia España, no sin antes ser negociado por Zapatero con el régimen de los Castro, como mismo negoció el traidor de Kennedy a los expedicionarios de Bahía de Cochinos; quienes, por cierto, este año conmemoran 60 años de haber sido traicionados tras el intento de liberar a su patria del comunismo, y después de una gran cantidad de muertes y de torturas en las ergástulas del régimen. Pese a semejante historial, Amnistía Internacional demora en otorgarle el derecho a Yandier García Labrada de preso de consciencia. No hay en este momento preso en Cuba más limpio de castrismo y paja que este campesino, un hombre que cada día arriesgaba su vida cuidando a los cocodrilos para que otros vayan desde sus cotos de poder a cazarlos endrogados. Recuerdo que hace años me tocó firmar libros junto a uno de los descendientes herederos de Napoleón Bonaparte, en medio de las firmas vinieron a buscarnos para conducirnos al set de una radio francesa que se disponía a entrevistarnos. El periodista, uno de los más reconocidos de Francia, preguntó muy profesional: «-¿Qué une a una mujer cubana de origen humilde con un descendiente de Napoleón Bonaparte, además titulado príncipe heredero imperial? Iba a responder que absolutamente nada, cuando el heredero de Bonaparte, sin ningún tipo de caballerosidad ni modales refinados asumió la respuesta: «-Nos une esa isla en forma de cocodrilo a la que con gran asiduidad viajo, precisamente a cazar cocodrilos (risas embarazosas ante mi silencio de piedra)… Claro, yo los cazo, pero me cuidan mucho las autoridades de tu país (se permitió tutearme); es más, hasta me miman, y es que Fidel Castro adora a mi heroico antepasado (refiriéndose a Napoelón, claro)... ¡Creo que hasta endrogan a los cocodrilos para que yo crea que soy un buen cazador…! (Más carcajadas)».

El periodista algo avergonzado se dirigió hacia mí, ¿tendría yo alguna respuesta…?

“-Bueno, sí. A aquella isla, en forma de cocodrilo, la han intentado cazar de distintas maneras; finalmente al parecer lo consiguió un pichón de gallego, cuyo padre se hallaba en la tropa española que asesinó a José Martí. Por cierto, quién sabe si su padre fue él mismo quien le disparó a Martí. José Martí, ese héroe mayor y más importante que todos los hombres del mundo, incluido Napoleón Bonaparte. Ese enano mental, no me refiero a Napoleón esta vez, sino a Castro, se dedica a proteger a aquellos que en lugar de ir a levantar sus voces por los presos políticos, van a hacerle el juego a la tiranía, para de tal modo conseguir algún que otro trofeo cazando cocodrilos anestesiados por esa misma tiranía, que adormilando cocodrilos les hacen parecer cazadores cazados. En el juego de las apariencias de aquel régimen todo es válido y nefasto…”.

Pensar que Yandier García Labrada se dedicaba a cuidar de los cocodrilos, que después irían a ser cazados por tales energúmenos como el heredero de Napoleón, quien siendo una figura histórica, o creyéndoselo al menos, jamás levantó ni el más mínimo dedo por liberar a Cuba de las garras del tirano más melodramático y ridículo que ha parido el planeta y de toda su parentela.