Política

Indultos inminentes

La estrategia es acertada, porque cuanto antes mejor para los intereses de Sánchez. No estoy de acuerdo con los indultos, tanto en el fondo como en la forma, ya que sirven para la desescalada pero no resuelven el conflicto. Nada se puede hacer para impedirlos. No se parecen a los GAL o al 23-F porque no había riesgo de que pudieran repetir los delitos. En este caso, no hay ninguna duda de que si les interesa organizarán otra declaración unilateral de independencia. Junqueras es quien manda en ERC y Aragonés es presidente por delegación suya. Es bueno no olvidarlo. Otra cuestión distinta es que ahora no la tienen en su hoja de ruta y esperarán a que se modifique el Código Penal, porque entonces les saldrá prácticamente gratis y la podrán hacer cada año, como he escrito irónicamente, con regocijo y recochineo. El objetivo es debilitar al Estado, por el expeditivo método de quitarle los contenidos competenciales que todavía le restan en Cataluña. Otros no les importa hasta conseguir la independencia.

Los indultos se aprobarán en los próximos días y la documentación está preparada. No convenía hacerlo antes de las primarias andaluzas y están convencidos de que no les supondrá ningún coste. A la vuelta del verano habrá otros temas que ocuparán a los medios de comunicación. No parece que exista ningún plan concreto para resolver el conflicto independentista, salvo que se considere que lo es ceder total o parcialmente a sus demandas soberanista. Todo indica de que se trata solo de sentarse y hablar, algo que se ha hecho siempre pero hay que recordar que las palabras vacías de contenido y el buen rollito no son la piedra filosofal. El problema es antiguo y la responsabilidad corresponde a los diferentes gobiernos, tanto del PSOE como del PP, que han ido debilitando a España con sus cesiones para conseguir el apoyo nacionalista en el Congreso. No hay que olvidar que las crisis o las minorías parlamentarias, como nos demuestra la Historia, son oportunidades para los soberanistas. La debilidad de los constitucionalistas es la fuerza de los independentistas. El tótem ahora es el federalismo que no resuelve nada y que, desde luego, se ha convertido solo en un mito para unos políticos poco avezados en el derecho constitucional y la teoría del Estado.