Pedro Sánchez

«Las piedras en el camino» de Sánchez

La manipulación de las instituciones del Estado por parte del Gobierno de Sánchez para autoindultarse, contraprestación exigida por ERC como peaje para permitirle seguir en la Moncloa –como le ha recordado Rufián–, alcanza cotas nunca producidas con anterioridad. A la neutralización de la acción de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, convertidas en apéndices del Gobierno al servicio de esa política –con honrosas excepciones como los fiscales del Procés, que es de justicia reconocer– se suma ahora el acoso al Tribunal de Cuentas. A los responsables les han tocado donde más les duele, en el bolsillo, y han saltado los fusibles constitucionales. El Tribunal ha tenido que poner a Sánchez en su sitio y recordarle su independencia como órgano constitucional que es, y no administrativo, como dice Ábalos, que «pone piedras en el camino».

Por su parte, el Tribunal Constitucional lleva ya desautorizados tres RDL, dictados con el pretexto de la pandemia, acusando al Gobierno de utilizar este instituto jurídico de forma abusiva durante el estado de alarma.

Recordamos que Sánchez gobierna por una moción de censura para «mejorar la calidad de nuestra democracia», pero al PSOE le va a resultar complicado levantar la cabeza con dignidad tras su actual andadura, incumpliendo todas las promesas hechas por su líder para alcanzar el poder por aquella vía. Es muy grave el daño infligido a la credibilidad de la palabra dada por los actuales políticos, que se añade al deterioro general de las instituciones sometidas a sus intentos de manipulación.