Política

Derechita

«El PP y Vox incendian el verano mientras el Gobierno se va de vacaciones»

Derechitos al fracaso una vez más por un pulso de egos. El PP y Vox incendian el verano cuando las vacunas inyectan adrenalina a los telediarios, los indultados se limpian los mocos con papel de periódico y la figura del presidente se desdibuja entre burlas por su galanura, lo único que puede exportar sin que le paren en un aeropuerto. Se entiende que el Gobierno quiera distraernos de sus deficiencias con el fuego fatuo de la ideología, la memoria histórica y el porvenir estéril de los muertos. Lo normal. Por el rastro de semen en un vestido, Clinton mandó tropas al Golfo. Pero que la oposición se enrede en el juego ventrílocuo de hacerse un Pimpinela solo nos transmite que merece el destierro del banco azul unos años más. Si no son capaces de ponerse de acuerdo porque al jefe de un bando le han zurrado en el patio del colegio de Ceuta, no sabemos aún con qué intenciones, es que no están por solucionar lo que de verdad importa. Al cabo, piensan en monclovita, empeñarse en enseñarnos dónde está la pelotita mientras millones de españoles no pueden conciliar el sueño por no saber qué les pasará mañana. La inteligencia ha desaparecido entre las chumberas del sudor político. Unos anhelan aparecer como moderados y los otros no aciertan a colocar un mensaje legítimo representado con exceso de histrionismo. Esta pelea de novios adolescentes en una tensión visceral no resuelta solo nos lleva al abatimiento y la melancolía. Por si no teníamos suficientes payasos en el circo llega un saco de pulgas amaestradas. Aprendan que uno no puede vivir sin el otro y que todo movimiento que no vaya en ese sentido solo conduce al suicidio. Si no hay nadie dispuesto a poner orden ahí pueden quedarse digiriendo sus cuitas en sus escañitos muy bien vestidos como niños malcriados. A verlas venir. El cohete despega y en mitad de la travesía la tripulación se tira por la borda. En un mundo tomado por piratas se empeñan en enterrar el mapa del tesoro. Si a esto le llaman tomar la alternativa, qué no harán cuando la plaza esté llena y les pidan que entren a matar. ¿indultar al toro? Acabáramos.