Opinión

Lo que sabe Sánchez

El gobierno de coalición entre PSOE y Podemos fue más una operación de aritmética que política. En la práctica, ha habido dos gobiernos, dos presidentes y dos discursos y, aunque uno de ellos con muy pocas competencias, el binomio gubernamental ha sido protagonista de muchos conflictos.

No es de extrañar que la encuesta de NC Report para La Razón, incida en las dudas sobre la continuidad de la coalición entre los dos partidos. Prácticamente el 60% califica de mala o muy mala la relación, pero llama la atención el hecho de que algo más del 45% no cree que vaya a haber adelanto electoral.

Es lo que proyecta el Consejo de Ministros, un matrimonio que no se divorcia por razón de sus intereses.

Sánchez ha apostado todo al bloque de investidura, una amalgama de regionalistas, nacionalistas, independentistas y podemistas. Un cambio a estas alturas de la partida, le llevaría a un adelanto de elecciones, palabra vetada en la ciudad prohibida de Moncloa dada la incertidumbre que generan los estudios demoscópicos.

Por un lado, los indultos y la debilidad ante el separatismo le ha pasado factura, de otra, el error de Casado volviendo a Colón y su afianzamiento interno en territorios como Andalucía, derrotando a su antaño alter ego en el partido, Susana Díaz, le ha permitido amortiguar la caída.

Por su parte, los morados saben que una convocatoria electoral les podría situar fuera del gobierno o con mucho menos poder. Iglesias era odiado y criticado, se atribuyó a su egocentría la salida de dirigentes destacados como Bescansa o Errejón pero, lo que es indudable, es que es el único líder claro de la formación.

Con Iglesias fuera, a Yolanda Díaz se la percibe menos combativa y más próxima a las posiciones socialistas. En definida, Podemos reúne todos los ingredientes para ser devorado a grandes bocados por el Partido Socialista, por eso, necesitan tiempo para rediseñar su estrategia antes de ir a las urnas.

Sin embargo, las fricciones están a la orden del día. Por ejemplo, la factura de la luz, que no va a desgastar tanto a Sánchez como a los morados. Ese tipo de decisiones son las que no aceptan sus votantes que, les llevaron a las Cortes precisamente para que, desde dentro del sistema, lo impidiesen.

De ahí la desesperación de Yolanda Díaz y de la cúpula podemista. Es una contradicción bipolar, en la plaza del Reina Sofia arengaban a lo Mr Jekyll para convertirse en Mr. Hyde en el consejo de ministros.

Suerte que el Partido Popular de Casado no es capaz de emerger como alternativa y la oposición se limita a disparos sueltos, la mayoría protagonizados por Díaz Ayuso que aunque muestra intuición a la hora de encontrar terrenos de disputa, no deja de ser colateral.

El próximo roce será a cuenta de la tercera dosis en la pauta de vacunación. Más allá de que lleve razón, lo que ha sabido leer perfectamente es la desconfianza los españoles en el gobierno y, eso, lo sabe Sánchez.