Opinión

Aragonés planta al Rey

Lo razonable es que el presidente de la Generalitat asistiera a un acto tan importante

En otras ocasiones he insistido en que no ofende quien quiere sino quien puede y es evidente que Aragonés no hace más que el ridículo, aunque complazca a su parroquia. No sé muy bien qué usos y costumbres tenían en su rica familia, pero me temo que no fue un alumno aplicado. Este joven vástago de una rica familia franquista está en su derecho a ser independentista, pero debería entender que es, al menos teóricamente, el presidente de todos los catalanes y Felipe VI es el jefe del Estado, por lo que corresponde mostrarle el respeto institucional que muy bien se merece. Su abuelo estaba feliz con Franco y su padre con Pujol, son estas cosas que suceden en Cataluña, donde el oportunismo se ha convertido en una práctica muy común. Al menos, su familia no ha dilapidado la fortuna, como acostumbraba a suceder con la llegada de la tercera generación, quizá porque se ha dedicado a la política. Hay que reconocer que ejerce con suma maestría el camaleonismo político. No debió de tener la opción de medrar con el pujolismo y acertó apuntándose a ERC.

Los Aragonés han cubierto el poder político de su territorio desde los sesenta. No hay duda de que tienen muy buen ojo a la hora de adaptarse a las circunstancias. Lo razonable es que el presidente de la Generalitat asistiera a un acto tan importante como es la inauguración del Salón del Automóvil, pero el bisoño líder independentista decidió no acudir porque estaba Felipe VI, que es, además, el conde de Barcelona. Es el legítimo sucesor de los condes y reyes que ayudaron a construir la Corona de Aragón y el reino de España. Como buen independentista le duele profundamente la verdad y prefiere las patrañas delirantes de los pseudohistoriadores que viven muy bien a costa de los presupuestos públicos. El plante del presidente por delegación de Junqueras es un grave error, porque además muestra su enorme inseguridad. Nadie le pide que renuncie a sus ideas, como nunca se le pidió a los que atentaron gravemente contra el ordenamiento constitucional y estatutario, sino que represente a Cataluña con dignidad y concordia. No ayuda mucho a la «operación diálogo y reconciliación» que mantenga esa línea de confrontación mientras ERC y JxCat se dedican a sus «guerras civiles».