Opinión

Pedro Sánchez: «Triste, gris y sin ideas»

No es una descripción dada por Pedro Sánchez de sí mismo o de su Gobierno. Es la efectuada este domingo en Bilbao durante la clausura del Congreso de sus comilitones vascos para referirse a la derecha: «Dibujan una España a su imagen y semejanza: triste, gris y sin ideas».

Por contraposición a esa España, la suya –la de Sánchez– es «alegre, luminosa y creativa». Basta ver el marco en el que lanzó ese mensaje para no tener sombra de duda al respecto. El nuevo líder del socialismo euskaldún ya anunció que con Bildu están llamados a «protagonizar grandes empresas juntos». Está claro que la España sanchista, toda ella «alegre, luminosa y creativa», se construirá con aliados tan acreedores de esos entusiastas calificativos, como lo son por méritos propios los comunistas, los Bildus de Otegui y la fascinante ERC de Macià, Companys y Junqueras. Con los primeros acaudillados por la nueva líder mundial Yolanda Díaz, está claro. Su estilo fashionista ya ha cautivado al feminismo progre organizado en un frente amplio, flanqueada por Colau y Oltra y con Belarra y Montero de descriptibles entusiastas. Transmite «alegría y creatividad» prometiéndonos el paraíso comunista con el Manifiesto de 1848, como ilusionante programa de futuro para España y la entera humanidad. En cuanto a Bildu, resulta demasiado duro hablar irónicamente de quienes son avalistas y sucesores políticos de ETA. Pero es insultante decir lo que han dicho Sánchez y su nuevo vicario político vasco, y en Bilbao precisamente. Si ya es demasiado prestarse a blanquear la marca política etarra, atreverse a pronosticar grandes proyectos con ellos supera todo lo admisible desde una elemental ética pública. Teniéndolos como aliados ni siquiera puede hablarse de una España «triste y gris…» porque con ellos sencillamente no hay España posible.

En cuanto a los republicanos separatistas catalanes, creo que es excesivo calificar a Junqueras de «alegre, luminoso y creativo». Tampoco me parece que Aragonès dé ese perfil, y quizás sea Rufián el que más pueda aproximarse a la «creatividad». Reconozco que ser «perico» –socio del RCD Espanyol– y separatista político, es una originalidad que me inspira simpatía personal, no puedo negarlo. Pero Sánchez se superó a sí mismo al acusar al PP y Vox de «dejar solo al Gobierno votando en contra de todas las medidas adoptadas para hacer frente a la Covid». En realidad, eso es lo que debió hacer el PP y no hizo: votar en contra de los dos estados de alarma inconstitucionales. Y haberlos recurrido ante el TC. Es de justicia reconocer que ahí solo Vox estuvo en su lugar de oposición y defensor de la legalidad constitucional.