Política

El 13-F y la desaparición de Ciudadanos

«La única posibilidad que tiene el centro derecha de gobernar España pasa por la desaparición de un partido que ha perdido su utilidad y razón de ser»

Las elecciones en Castilla y León se han convertido en una gran oportunidad para Casado. Aznar perdió en 1993, pero consiguió encadenar las victorias de las europeas de 1994 y las municipales y autonómicas de 1995 hasta lograr al año siguiente el gobierno de España. Felipe González consiguió una postrer victoria con un socialismo agonizante por los escándalos y la corrupción económica, pero el proyecto estaba agotado. A pesar de ello, la victoria popular en 1996 fue por la mínima y el ganador, a diferencia de lo que hace siempre el PSOE, decidió pasar página y olvidó los crímenes de los GAL, el robo de los fondos públicos o el cobro de comisiones. La ingenuidad del PP, así como su mala gestión de la comunicación, es ilimitada. En este último caso hay que reconocer que tiene que lidiar con una realidad: una gran parte de los periodistas españoles son de izquierdas. El escenario actual es muy favorable para Casado, porque puede repetir esa concatenación de victorias electorales y conseguir que se visualice su condición de proyecto ganador. Al igual que le sucedió a Aznar o a Rajoy, sufre las mismas descalificaciones o le buscan rivales que consideran mejores, según esos periodistas o politólogos de izquierdas o de la derecha acomplejada que no tienen, realmente, ni idea.

La convocatoria del 13-F es muy importante por varias razones. En primer lugar, permitirá que el PP recupere la condición de primer partido en esa comunidad, que es uno de sus tradicionales graneros electorales. A esto hay que añadir que puede ser el certificado de defunción de Ciudadanos. Las generales de 2020 ya fueron un duro golpe, porque se quedó con 10 diputados. La única posibilidad que tiene el centro derecha de gobernar España pasa por la desaparición de un partido que ha perdido su utilidad y razón de ser. No hay nadie más interesado en su supervivencia que Sánchez. Mientras compitan tres formaciones por ese espacio tiene garantizado continuar en la Moncloa. Los votos a Ciudadanos debilitan al PP e impiden que pueda sumar mayoría absoluta con Vox. No hay proyección electoral que consiga ese resultado si no se hunde definitivamente. Por tanto, que quede fuera de las Cortes de Castilla y León sería la mejor noticia que podría recibir el PP.

Otro aspecto fundamental en la estrategia de Casado es que no se consolide ese proyecto populista de la España Vaciada que tanto complace a Sánchez, porque es otro aliado cautivo junto a Podemos, los independentistas y los bilduetarras. ¿Por qué el PSOE tiene tanto interés? La respuesta es muy simple. Esas plataformas quitan votos al centro derecha utilizando el victimismo regionalista y actúan como agencia de colocación de antiguos dirigentes populares o personajes ambiciosos que quieren seguir los pasos de Tomás Guitarte. El líder de «Teruel Existe» ha conseguido una buena canonjía y es un fiel aliado del PSOE. La condición de diputado es un gran chollo en todos los sentidos y quiere abrir el camino para que Sánchez tenga una bolsa de diputados que estén dispuestos a ser sumisos palmeros socialistas a cambio de prebendas.

Por tanto, conseguir la desaparición de Ciudadanos y que las plataformas personalistas sean un fracaso sería un paso muy importante para la reestructuración del centro derecha con la vista puesta en las generales. La derrota socialista en Castilla y León, acompañada de un nuevo desastre para Podemos, serviría para visualizar esa idea de declive que ya se vivió el 4 de mayo en Madrid y que el aparato mediático al servicio de Sánchez ha intentado minimizar adjudicándolo a una victoria personal de Ayuso. Es indudable que fue un gran éxito para la presidenta madrileña, pero no creo que exista un dirigente o militante que sea más del PP que ella. Por tanto, una victoria clara y contundente en Castilla y León pondrá de manifiesto que el PSOE tiene graves problemas que no pueden ser camuflados por la corte de hagiógrafos monclovitas.

Es una lástima que no exista un Más Castilla y León, como sucede en la comunidad de Madrid, que pueda superar al PSOE, pero la derrota de su candidato, Luis Tudanca, será más que suficiente dentro de esa constatación de que asistimos a un declive irreversible. En este sentido, el resultado de Podemos será otra muestra del desastre del gobierno socialista comunista. Una vez más, la prensa de izquierdas está volcada, como se está viendo estos días con su fervorosa e irracional defensa de Garzón, que en cualquier momento lo promueven para el Premio Nobel o el Princesa de Asturias, en la defensa de los intereses socialistas y podemitas. El siguiente reto para Casado está en las elecciones en Andalucía, que se tienen que celebrar antes o después de este verano. El socialismo andaluz no vive su mejor momento tras el exterminio de Susana Díaz, que perdió frente al centro derecha, y su sustitución por el anodino sanchista Espadas. Otra victoria popular, como indican todas las encuestas tras la excelente gestión de Juan Manuel Moreno, daría otro gran impulso al PP con la vista puesta en las municipales y autonómicas de 2023, que pueden ser una gran debacle para el PSOE y Podemos. La situación económica sigue siendo complicada y España está asumiendo un enorme endeudamiento. Es verdad que irán llegando los fondos europeos, pero todo indica que podemos estar sumidos en un cambio de ciclo, como pasó en 1996 y 2011, que favorezca al PP. No será fácil, porque continuará la estrategia mediática del cordón sanitario y la estigmatización de Vox, pero todo será más seguro para Casado con la desaparición de Ciudadanos.