Internacional

De Kansas a liderar un escuadrón yihadista

Vanessa Jaklitsch

«Deben haberle lavado el cerebro», intentan justificar incrédulos los que la conocieron. A sus 42 años, la estadounidense natural del estado de Kansas, Allison Fluke-Ekren, es más conocida por haber pasado de ser una «niña toda americana» de ojos azules a una mujer convertida a yihadista.

Acusada por liderar supuestamente un escuadrón de combate femenino del Estado Islámico, se encuentra bajo custodia y enfrenta cargos de terrorismo por entrenar a menores de edad de hasta 6 años para usar ametralladoras y planear cometer una «yihad violenta». Cargos por los que se enfrenta a una pena de décadas de cárcel y cuya libertad bajo fianza le fue denegada hace unos días por el juez de un tribunal de Virginia.

¿Cómo pudo pasar una profesora de colegio del medio oeste de Estados Unidos a ser la esposa de un turco en Medio Oriente y convertirse en una fanática del terror que asciende a las filas del grupo Islámico para comandar su propio batallón de mujeres? Es la gran pregunta que muchos se hacen ahora, todavía sin respuesta.

«No puedo entender cómo alguien que tiene tanto amor por la naturaleza y la gente podría hacer algo así», confiesa sorprendido a la prensa Larry Miller, quien fuera profesor de ciencias de una adolescente Sra. Ekren, como le gusta ahora que la llamen. La estadounidense convertida a yihadista «nunca hizo nada que me indicara que quería hacer daño a otro ser vivo», explica su maestro, recordando que en una ocasión, durante una excursión, la menor atrapó una lagartija y la sostuvo con mucho cuidado para que el resto de sus compañeros pudieran estudiarla.

«Era muy, muy buena estudiante. Era inteligente y tenía sentido del humor», añade. «Sus padres también fueron muy solidarios». Como él, otros profesores y estudiantes que coincidieron con la Sra. Ekren en Topeka, la pequeña localidad donde se crio la acusada de terrorismo, se quedaron atónitos al conocer la noticia. Ni sus propios familiares quieren tener contacto con ella.

A finales de la década del 2000, Allison Fluke-Ekren vivió en Oriente Medio con su segundo marido y sus cuatro hijos, dividiendo su tiempo entre el extranjero y frecuentes visitas a su Kansas natal, registrando las aventuras de su día a día, entre 2008 y 2010, en un blog que mostraba lo que parecía ser una vida completamente normal, según han podido contrastar las autoridades estadounidenses.

Sin embargo, a partir de 2012, la Sra. Ekren habría sido llevada de contrabando a Siria, también según pudieron saber las autoridades, donde se involucró en un ambiente de fanatismo que culminó desde entonces en una vida dedicada al terrorismo islámico. Al morir su marido, «la niña toda americana» se casó con varios miembros del Estado Islámico y terminó entrenando a mujeres y niñas en el uso de armas AK-47, así como a entrenamientos de detonación de bombas y cinturones suicidas.

Un testigo declaró que había visto a uno de los hijos de la yihadista americana, que en ese momento tendría cinco o seis años, portando una gran ametralladora en el interior de su residencia de Siria.

La acusada de terrorismo permanece entre rejas y el juez del estado de Virginia, Ivan Davis, le denegó la libertad bajo fianza hace unos días, señalando estar sopesando diversos factores en su acusación, entre ellos la seguridad de la comunidad local y los informes de los servicios previos al juicio, durante las audiencias.

La detenida no cuestionó su ingreso en prisión, mientras sus padres y dos de sus hijos, ya adultos, han solicitado al Gobierno Federal que se le prohíba contactarles. De hecho, podría ser un miembro directo de su familia quien esté cooperando más detalladamente con la investigación, aunque su identidad no ha trascendido.