Isabel Díaz Ayuso

Gavilanes

Que se dejen de reyertas internas y de malos rollitos particulares. Sean serios, coj**nes, que hay gente ahí fuera esperando votar a candidatos que se lo merecen

Esto del Partido Popular es una maravilla. «Pasión de Gavilanes» convertido en «Pasión de Gaviotas». Dan ganas de comprar siete sobres de palomitas con mantequilla y sentarse a mirar. Yo lo siento por los sufrientes (a alguno de ellos conozco y aprecio) pero esto es un culebrón que no puede ser «House of Cards» porque el nivel de navajeo es demasiado bajo para ser una serie así, y sólo podría convertirse en ficción si el director es el mismo de «Aterriza como puedas», que eran cuatro, por cierto, y que me parece que ya no hacen estas mierdas. Qué barbaridad, qué niveles de pandilleo, qué niveles de guarreo. El meteorito ese que amenaza cada poco al planeta, por favor, que caiga ya, que será lo mejor que le pueda pasar a ese partido que trata de ser razonable, porque lo siguiente será dar votos al grano con gente rara que ha salido a pegar voces y a defender estupideces que creíamos superadas con comportamientos de boina sin capar. Eso también quedará en el haber del Partido Popular si no reconducen estos detritus internos impropios de una formación política que quiere gobernar. Lo que se está escenificando es tan bochornoso que no me extraña que muchos de sus insignes militantes, de muchos de sus militantes con cargos públicos, estén pensando meter la cabeza en un cubo de la misma vergüenza. Que creen que, con tal demostración de estulticia, deberían irse todos a casa para salvar al PP. Que esta pelea no puede producirse entre personas adultas, conscientes, responsables y que quieren dirigir un país. Que son refriegas de juventudes de una formación política, pero que no puede suceder entre mayores de edad. Que, en vez de pensar en lo que se está divirtiendo Sánchez, más les valdría echarle una pensaíta al agujero enorme que le están haciendo a una opción política necesaria, imprescindible. Siendo oposición o gobierno, nos merecemos un partido de derechas cabal, con personas que piensen más en los intereses de los demás que en los suyos y no para su coleto. Que se dejen de reyertas internas y de malos rollitos particulares. Sean serios, coj**nes, que hay gente ahí fuera esperando votar a candidatos que se lo merecen. (Es un consejo gratis; de vez en cuando, pasa).