Opinión

Casado y el asesinato de César

«Feijóo hace bien al apoyarse en Ayuso, pero debería desconfiar de aquellos que siempre acuden en socorro del vencedor»

El espectáculo ofrecido ayer en la Junta Directiva Nacional del PP fue muy poco edificante. Tras escuchar el discurso de Casado, ejecutado sumarísimamente por sus más estrechos colaboradores, salvo alguna honrosa excepción, pude observar los aplausos de los ejecutores que, incluso, sin rubor, se levantaron. Me vino a la memoria el asesinato de Julio César. Ha sido recogido en infinidad de ocasiones en novelas y películas. Por supuesto, tenemos al genial Shakespeare y la tragedia que recrea la conspiración y asesinato del deslumbrante estadista romano, así como los numerosos ensayos que se han publicado desde entonces. Es un momento fascinante y dramático de la Historia, que significa el principio del fin de la República y abre el camino que conducirá al Principado. César fue asesinado, entre otros, por el senador Marco Junio Bruto, el hijo de su amante Servila, y por el que sentía un gran afecto y había colmado de honores. A pesar de ello, fue uno de sus ejecutores, porque quería salvar la República. Lo que no hizo es rendir homenaje al dictador asesinado o hacer un panegírico en su funeral. En este caso ha sido al revés, los conspiradores que apuñalaron al que les concedió los cargos no tuvieron ningún rubor a la hora de aplaudir fervorosos el discurso del líder caído. Al menos, no llevaban camisetas con «I love Pablo».

Los textos clásicos, en todos los terrenos, son imbatibles. Las traiciones siempre encuentran justificación. No me refiero a Ayuso, que defendió su honor y el de su familia hasta el extremo de pedir, legítimamente, claridad y consecuencias por lo que había sucedido. No tengo ninguna duda de su honorabilidad, porque la conozco desde antes de que se convirtiera en un fenómeno mediático y el icono por excelencia del centro derecha. Es cierto que los dirigentes del PP quieren cerrar página y enterrar en silencio la etapa Casado. Feijóo se ha convertido en «Alberto colócanos a todos» y ahora todos salen en su apoyo. Es una lástima que ayer no fueran los Idus de marzo para darle una mayor carga emotiva. El golpe contra Casado podría haber sido el 23-F. Feijóo hace bien al apoyarse en Ayuso, pero debería desconfiar de aquellos que siempre acuden en socorro del vencedor