Opinión

La cabeza de alguien

“¡La cabeza de alguien rodará por estoooo!” era lo que exclamaba la reina gorda que aparecía en “Alicia en el país de las maravillas”, uno de mis cuentos favoritos que yo leía y releía de pequeña mientras convalecía en la cama de mis males de garganta. Una historia surreal cuyos personajes, uno por uno, fueron apareciendo poco a poco en mi vida. Ahora, esa gorda se reencarna en los indepes que piden la dimisión de Margarita Robles con la ayuda del podemismo por un quítame allá esas escuchas. Y es que también la pequeña ministra -digo pequeña por su tamaño más ajustado que el mío, que ya es decir-, a quien a veces me he encontrado en el supermercado, por eso sé de su estatura, también ha dejado en ridículo a una destacada del partido morado, concretamente a la tal Ione Belarra -de cuyo nombre haría una bromita tan mala como las que hacía Vizcaíno Casas, pero mi hija me lo tiene prohibido-, a quien le dijo que si no quería guerra que fuera donde Putin y le dijera que la parase, ya que los ucranianos son los menos interesados en ser invadidos y ellos no hacen más que defenderse de las crueldades del ruso psicópata. Otra que también le ha soltado una buena píldora ha sido la ex vice Carmen Calvo, quien la invita a dimitir si no le gusta ser ministra en una monarquía. Estas cosas hacen que me congracie con esta última a quien critiqué en esta columna de forma insistente. Por otro lado, ha asomado la gaita esta semana Pablo Iglesias, con la intención de buscar un minuto de gloria hablando de las cloacas del Estado, pero la pregunta del millón es muy simple, ¿por qué no se puede investigar a unos golpistas que han asegurado que lo volverán a hacer?

Lo más preocupante es la dependencia de este gobierno de los propios indepes, que ya le han advertido con romper con la aburrida mesa de diálogo, y con los bilduetarras, a quienes van a revelar secretos de Estado con todo este barullo, con el peligro que eso conlleva ya que la cabra que tira al monte, no hay cabrero que la baje, y con los terroristas, con quienes no se pacta en ningún caso, nunca se sabe.

Todo esto me cansa y me aburre, así que pasemos a otra cosa. El Rey ha mostrado su cutrepatrimonio, y los ignorantes de siempre preguntan por el de Letizia. Ella carece y no es más que consorte, no es reina titular, con lo cual el asunto queda más que zanjado.

Mientras tanto, el gallego, que ha dimitido ya de su cargo de presidente de la Xunta de Galicia, sube como la espuma y Juanma Moreno convoca elecciones en Andalucía aprovechando el tirón, así que en junio tenemos movida. Por su parte el bueno del Papa pide tratar mejor a las suegras, pero que ellas no critiquen: “Vuestras lenguas son un pecado”. Verdaderamente hay suegras de horror, aunque esa maldición no la he vivido en carnes propias, pese a tener tres en mi currículo: todas han sido una maravilla. Por Dios, que vuelva Ratzinger o algo, o que pongan a este Santo Padre en tratamiento, como dice mi cuñada.

CODA. La duquesa Kate enamora en cada aparición derrochando estilo y elegancia natural. Su rostro está libre de crispación y en ocasiones hasta se le ha visto en plena carcajada, como a la reina Máxima. Qué bien saben estas mujeres garantizar la monarquía en sus países…