CGPJ

La colonización del TC

«Se podrán forzar, con una mayoría afecta, sentencias que permitan consolidar el giro populista»

Al final, Sánchez se ha decantado por un atropello legal que le permita conseguir el ansiado control del Tribunal Constitucional. Hay que reconocer que este Gobierno se supera con sus chapuzas jurídicas. Nunca imaginé que llegaríamos a una situación como la actual. Hace un año, decidió reformar la ley para impedir que el Consejo General del Poder Judicial pudiera hacer nombramientos estando en funciones. Fue una escandalosa intromisión del Poder Ejecutivo en la autonomía de otro poder del Estado. Lo nunca visto. No era más que un chantaje para que el PP se sometiera a los deseos de La Moncloa. Hemos llegado a un punto en el que se actúa con absoluta impunidad, porque le sale gratis gracias al apoyo de la izquierda mediática y los oscuros intereses de sus deleznables aliados parlamentarios. La consecuencia de esa reforma se traduce en 62 nombramientos que no se han podido realizar gracias a esa arbitraria y partidista decisión. El 12 de junio venció el mandato de cuatro magistrados, dos que son nombrados por el Gobierno y los otros por el CGPJ. El problema es que la Constitución establece que el TC se renueva por tercios y Sánchez no puede elegir a los suyos en solitario.

Por ello, el PSOE registró este viernes una proposición de ley para modificar el artículo 570 bis de la LO 6/1985, del Poder Judicial, con la finalidad de que el CGPJ pueda nombrar, aunque esté en funciones, a los dos magistrados del TC que le corresponden. Esto permitirá cambiar el actual equilibrio de fuerzas y que el gobierno tome el control. La cuestión es muy grave teniendo en cuenta su debilidad parlamentaria, el permanente desafío independentista y las leyes de ingeniería social que se han aprobado o se piensan aprobar. Sánchez sabe que rompe toda posibilidad de acuerdo con Feijóo para el CGPJ, pero le es igual. La urgencia está en el Tribunal Constitucional, que es el intérprete de nuestra Constitución y se podrán forzar, con una mayoría afecta, sentencias que permitan consolidar el giro populista, así como complacer a ERC. Con un presidente del Alto Tribunal al servicio de La Moncloa no hay ningún límite que impida el avance imparable de las transformaciones que quiere imponer un socialismo radicalizado que camina con paso firme al desastre electoral.