PSOE

El partido «soy yo» y «después de mí, el diluvio»

Sánchez no da puntada sin hilo. Lo tenía todo preparado incluso antes de los comicios andaluces. Esperaba malos resultados, pero no la mayoría absoluta del PP

Luis XIV de Francia (1638-1715), que reinó 72 años, fue un monarca absoluto, al que se le atribuye haber dicho aquello de «El Estado soy yo», un 13 de abril de 1655 en el Parlamento de París, cuando solo tenía 16 años. Sin embargo, no hay constancia en las actas de ese Parlamento, de que el rey hubiera pronunciado esa frase que, como tantas otras famosas en la historia sería apócrifa. Todo apunta que fueron sus enemigos quienes la popularizaron para criticar su absolutismo. Pedro Sánchez tampoco ha dicho nada parecido, aunque dirige el PSOE como si fuera un príncipe absoluto y también maquiavélico. Los cambios que realizó la semana pasada, la forma de hacerlos y la reunión del Comité Federal de los socialistas el sábado lo confirman. La leyenda afirma que Alfonso Guerra era temido en el partido y se le atribuye lo de que «el que se mueve no sale en la foto». Sin embargo, la agitación que había en el PSOE de González y Guerra e incluso en el de Zapatero es impensable en el de Sánchez, que ha colocado digitalmente de número dos a la volcánica María Jesús Montero para que controle todo.

El presidente ha alumbrado una especie de supercomité, integrado por él, nueve fieles desginados también por él, que entre sus funciones estará la de tener la última palabra en las listas electorales. Hay críticos en el PSOE, sí, porque algunos temen un tropiezo electoral, pero todos callan ante el pánico de no ser incluidos en las próximas candidaturas. Los teóricos barones tienen algo más de libertad, pero tampoco están tranquilos y toman nota, como el aragonés Javier Lambán. Su paisana y ministra de Educación, Pilar Alegría, ha sido ascendida a portavoz del partido. Ganará notoriedad y estará ahí para ser candidata a la presidencia aragonesa si Lambán ofrece la mínima debilidad. Sánchez no da puntada sin hilo. Lo tenía todo preparado incluso antes de los comicios andaluces. Esperaba malos resultados, pero no la mayoría absoluta del PP. Por eso, para retomar la iniciativa, ha adelantado los planes que tenía para septiembre. Todo lo ha decidido él y los órganos rectores del partido tan solo han tenido la oportunidad de ratificar a la búlgara los deseos del jefe. Zapatero, Barroso y Contreras y quizá alguien más estaban en parte del secreto de lo que iba a hacer el inquilino de La Moncloa que tiene claro que el PSOE «soy yo». Sánchez cree que puede volver a ganar las elecciones, pero si fracasa recuerda que Luis XV (1715-1774) pensaba que «después de mí, el diluvio», aunque eso tampoco lo dijo Luis XV sino su amante, Madame de Pompadour.