Opinión

El lío de la izquierda madrileña

Faltan diez meses para las elecciones municipales y autonómicas y la atención de los principales partidos está en Madrid y Valencia, porque en ellas se juega el principal combate de cara a las elecciones generales.

Compromís no se ha recuperado del duro golpe que supuso la dimisión de Mónica Oltra. En otras circunstancias, la moderación política que ha exhibido Ximo Puig y su buen hacer, serían más que suficientes para absorber todo ese voto huérfano, pero al President le toca lidiar con una contingencia mucho peor que sus adversarios.

Se trata del rechazo que genera Pedro Sánchez en la comunidad valenciana y que afecta a las siglas socialistas.

En Madrid, todos los estudios electorales vaticinan una nueva caída del PSOE. Está por decidirse si algún ministro está dispuesto a estrellarse o le dan la puntilla a un tal Lobato.

Lo que tiene interés de verdad, es lo que hará Mónica García, si repetirá como Más Madrid o si se incorporará a Sumar de Yolanda Díaz. En solitario, parece que seguiría creciendo a costa de votos socialistas y podemistas. Se distanciaría tanto del PSOE que solo debería preocuparse de si Ayuso consigue revalidar un resultado como el de las últimas elecciones.

Sin embargo, García fue una de las impulsoras de la alianza con la vicepresidenta y, ahora a esta le interesa que Más Madrid acuda a los comicios con la bandera de Sumar. Es una manera de estar en las autonómicas pero sin estar, lo mismo que en Andalucía.

A Errejón también le interesa la maniobra, porque las expectativas de Más País son bastante oscuras si no se cuela en el movimiento que lidera Díaz. Ya veremos si Mónica García se somete a los intereses de uno y otra o decide aprovechar su propio capital electoral para jugar más fuerte dentro de la alianza después del proceso madrileño.

En cuanto al PP, Ayuso no encuentra su hueco en el proyecto de Feijóo. Ya no es la baronesa porque su resultado quedó fulminado por el récord de Juanma Moreno y sus maneras son demasiado estridentes para el nuevo estilo de Génova.

Es cierto que el 4 M se comió a Vox, pero lo mismo está haciendo el gallego con un manual político antitético al de ella.

La plaza madrileña dependerá de lo bien o mal que le vayan a Ayuso y a Mónica García. El PSOE, irrelevante de nuevo.