
El puntazo
Un país de pobres
Sin pisar la calle, es imposible conocer la España real
Cuando el Gobierno se congratula del número creciente de ciudadanos que necesitan el Ingreso Mínimo Vital, reconoce el estado de sus políticas sociales. Si cada día más personas precisan la ayuda de la administración para afrontar sus gastos básicos, lo que tenemos es una sociedad dependiente, asistencial y frustrada. Ninguna nación quiere más pobres, sino menos, aunque a la izquierda le cueste entenderlo. En la España de Sánchez lo sabemos bien. Más de un cuarto de la población lleva una década en riesgo de exclusión social y la tasa de pobreza infantil es la más alta de la UE con 2,3 millones de niños, niñas y adolescentes en condiciones de precariedad, según la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español. El crecimiento, la España del cohete que el presidente tanto celebra, apenas ha mejorado la vida de más de doce millones de compatriotas. Sin pisar la calle, es imposible conocer la España real.
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