Terrorismo
¿Que van a hacer con “Txapote?
Nadie se imagina, una vez obtenida la libertad, a García Gaztelu, “Pototo” o “Kantauri”, como limpiadores y cuidadores del cementerio municipal de turno
Con el traslado al País Vasco, gracias a los acuerdos entre el Gobierno y EhBildu, de Julián Achurra, “Pototo”, la práctica totalidad de los cabecillas que lo fueron de ETA se encuentran en su tierra, en prisión (hasta que les concedan el tercer grado) o en libertad, excepción hecha de los que cumplen largas condenas en Francia, como Ibon Fernández, “Susper”; y Miguel Carrera, “Ata”.
Se trata de individuos que tuvieron un gran peso dentro del entramado criminal, que formaba la banda y su brazo político. Porque, aunque se haya intentado hacer creer lo contrario, era ETA la que mandaba en Batasuna (o como se llamara en cada momento) y no al contrario. Los que tienen las armas y las bombas, son los que llevan la voz cantante...y punto.
Algunos de esos cabecillas etarras o pistoleros significados ya han encontrado acomodo en el entramado, como David Pla, que fue jefe del “aparato político” y es dirigente de Sortu, uno de los partidos de EhBildu; o Jose Antonio López, “Kubati”, que es uno de los que dirige el entorno de los presos. Mikel Albizu, “Antza”, aunque sin cargo orgánico, mantiene una apreciable influencia, según comentan expertos en la materia.
Son tres, pero hay más. Lo que parece claro es que el separatismo vasco no les va a dejar “colgados de la percha”, como se dice coloquialmente y la influencia de antaño se tiene que convertir hogaño en algo relevante. ¿O se les va a mandar al caserío sin más, a que cuenten sus siniestras batallitas a sus vecinos?. No se lo cree ni el que asó la manteca.
Si hacemos un repaso de los jefes de ETA que se hallan en cárceles vascas o la de Navarra, nos encontramos con Juan Luis Aguirre Lete, “Isuntza”; Jon Olarra Guridi, alias “Jon”; José María Dorronsoro Malasecheverría; José Javier Arizcuren, “Kantauri”; y el admirado –por ellos—y, a la vez temido, Francisco Javier Gacía Gaztelu, “Txapote”, un sujeto de gatillo fácil, con carácter de líder y poco dado a las bromas, sobre todo si le afectan de forma negativa.
¿Qué tienen pensado los “oteguis” y compañía, con el inapreciable concurso del PNV y los socialistas vascos –por eso de las competencias penitenciarias—para todos estos sujetos?. Parece poco probable que los dejen a su suerte, en especial aquellos que, como los citados, ocuparon puestos de responsabilidad dentro de ETA.
Sus víctimas, que ya sufren bastante con los traslados y las semi libertades concedidas, se pueden encontrar, de la noche a la mañana, que, además de estos beneficios, se les recompensa con algún otro que les permita vivir holgadamente el resto de sus días. Sin haberse arrepentido; ni haber perdido perdón; sin pagar el dinero que les deben; y, sobre todo, sin colaborar con la Justicia. ¡Bonito panorama!.
Se da por supuesto que no se va a dar publicidad a esos posibles beneficios, por lo que habrá que estar muy atentos a lo que ocurre y tratar de obtener la información correspondiente para que la conozca la opinión pública.
Nadie se imagina a García Gaztelu o a “Pototo” colgados de un camión de la basura para recoger y descargar los contenedores; u ocupados de la limpieza y cuidado del cementerio municipal de turno. Algo tendrán pensado para ellos, pero no lo van a contar.
Lo dicho: ¿qué van a hacer con “Txapote”?. Lo único que se sabe es que la respuesta no gustará a las víctimas y a la opinión pública general, comentarios aparte (fruto de la indignación de algunos) sobre el sentido de su voto en las próximas elecciones generales.
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