Francia
Ayudar a los vivos
«Una funeraria sostenible para los franceses más preocupados por el medioambiente»
Su imagen pedaleando una bici fúnebre en un cementerio de París envía un mensaje muy potente. Otro tipo de funerales es posible. Isabelle Plumereau ha montado en París «Le Ciel & la Terre», revolucionando la forma de despedirse de este mundo. «La transmisión es un tema importante. ¿Qué legamos? ¿Qué huellas dejaremos? ¿Qué valores transmitimos a las generaciones que nos seguirán?», se pregunta Plumereau. Porque en un funeral se expresan estos valores. «Creo que un bello homenaje a la vida que se va, es un homenaje significativo. Un ataúd suntuoso y brillante no sirve si no está rodeado del amor y las bellas palabras de los seres queridos».
Plumereau explica que tiene clientes de perfiles muy diferentes y de nacionalidades variadas, la mayoría francófonos. «Muchos son sensibles a las cuestiones medioambientales. Me propongo acompañarlos ayudándoles a dar sentido al funeral, mediante gestos simbólicos, a menudo gratuitos. La ecología suele ir de la mano de la sobriedad. Y la sobriedad cuesta menos. Mis clientes lo aprecian».
También espera recibir peticiones de aficionados a la bicicleta. «La prensa especializada empieza a interesarse por la “Corbicyclette”. Es el vehículo ideal para los amantes de la “petite reine” (apodo cariñoso de la bici en Francia). Un convoy fúnebre en bicicleta es muy conmovedor».
Ella aspira a expandirse por toda Francia. Al preguntarle cómo es trabajar tan de cerca con las defunciones, Plumereau ahonda en que «haría falta un libro entero para responder adecuadamente». Para resumir, cuenta que, «paradójicamente, se siente bien. Acompañar a las familias en duelo ayuda a relativizar las preocupaciones de la vida cotidiana. Mi trabajo ayuda a la gente a tomar conciencia de la fragilidad de la vida, y también de su belleza y valor. El amor suele estar en el centro de las ceremonias, el amor filial, el fraternal, la amistad y las relaciones humanas. Así que, sí, el tema de la muerte está en el centro de mi trabajo, pero también el amor, del ser humano, de la vida...». Curiosamente aún no ha preparado su propio funeral. «Le he indicado a mi hija ciertos deseos, para cuando llegue el momento. Si se cumple la ley de vida, será ella quien se encargará de mi funeral. Y quiero que haga algo sencillo y bien hecho. Los funerales son para ayudar a los vivos».
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