Opinión

Beneficios a los maltratadores de la mujer y la Constitución

Lo que mal empieza suele acabar peor. Así, paradójicamente se está cumpliendo el tan conocido compromiso electoral, cual profecía de Sánchez, cuando empeñó «su palabra» a que no pactaría con Podemos por el insomnio generalizado que provocaría en los españoles si lo hiciera. Ahora, uno de los siete ministerios de cuota que tiene en el mega gobierno fruto de su «pacto del abrazo» con Pablo Iglesias a las 72 horas de las elecciones, está consiguiendo que no puedan dormir tranquilas las víctimas de no pocos maltratadores y violadores diversos, que están disfrutando de rebajas en sus condenas e incluso de excarcelaciones anticipadas en aplicación de la ley del «solo sí es sí». Por cierto ley contra el maltrato de la mujer por si alguien lo había olvidado. La reacción de las promotoras de tal engendro legal- previo paso por el Consejo de Ministros (y Ministras ultrafeministas) es conocida: al PP la titular de «Igualdad» le replicó en el Congreso que era un partido que «promovía la violación», y ahora su número dos en el Ministerio le ha seguido la corriente. Su Secretaria de Estado ha sido pillada «in fraganti» divirtiéndose en un acto feminista a cuento de esas excarcelaciones que la «ultraderecha y los medios» pregonan, en expresión suya, que ha conseguido que hasta sus colegas feministas oficiales del ala gubernamental socialista, se desmarquen de ellas- sus palabras- y de ella, la secretaria. Pero los compromisos públicos de Sánchez no acaban ahí como es sabido, y merecen especial recuerdo ya que quiso hacerlo con toda solemnidad desde la Tribuna del Congreso «para que constara en Acta». Y en efecto, consta en el Diario de Sesiones de la Cámara como él deseaba, pero también en la hemeroteca audiovisual de las redes que recoge aquel estelar momento, cuando se dirige a Sus Señorías, aludiendo –en particular a las de ERC presentes en el Hemiciclo–, expresando «con todo respeto a ellas, y a sus votantes» que él nunca iba a permitir que la gobernabilidad de España estuviera en sus separatistas manos. En este caso, la equivalente a la ley contra el maltrato y la violencia de género ha sido el Código Penal, modificándolo al gusto y a la orden de ERC, para que los «maltratadores y violadores» de la Constitución vean reducidas sus condenas y excarcelados. De sus pactos con Bildu –«negados cuantas veces fuera preciso»– con la excarcelación y beneficios penitenciarios a los etarras, no es preciso hablar por conocidos. «Por sus frutos los conoceréis»: Violadores, maltratadores, golpistas y terroristas, especiales beneficiarios de sus pactos para poder estar durmiendo en la Moncloa. Plácidamente sin duda.