Podemos

La desolación podemita

Podemos intenta apropiarse del feminismo desde una lamentable perspectiva excluyente. Es ridículo

No entiendo por qué alguien hace referencia a una posible marcha de Podemos del Gobierno como respuesta a la proposición de ley socialista para reformar el chapucero texto legal conocido como «solo sí es sí». La exigencia del consentimiento siempre ha existido, aunque es positivo que se mejore para dar respuesta a una realidad social preocupante. En otras ocasiones he defendido que España no es una sociedad machista y es algo que no tenemos que perder de vista a pesar de los dolorosos casos de violencia contra las mujeres. Es lamentable que el gurú Pablo Iglesias y sus acólitas pretendan erigirse en los únicos adalides de la defensa de las mujeres y politicen esta cuestión de una forma tan grosera. Es una ofensa para los partidos, tanto en la izquierda como en la derecha, que protagonizaron avances en esta materia desde el gobierno. Lo hizo la UCD, el PSOE y el PP. Y quien lo niegue es, simplemente, un mentiroso o un ignorante. Cada gobierno ha mejorado lo que hizo el anterior y ninguno ha retrocedido. Y si se produce un cambio en las próximas elecciones se repetirá esta situación.

La progresiva presencia de mujeres al frente de vicepresidencias, ministerios y altos cargos es una muestra de ello. Han ocupado todas las instancias de las administraciones públicas y solo falta la presidencia del gobierno. La próxima jefa de Estado será una mujer. Podemos intenta apropiarse del feminismo desde una lamentable perspectiva excluyente. Es ridículo. Ahora se ha extendido la desolación, porque Sánchez ha decidido, acertadamente, impulsar la reforma de la polémica ley para lograr que cumpla realmente los fines por la que fue aprobada. Y ha pasado de Iglesias, Montero y Belarra. Hace bien. Es cierto que el año electoral impide que se busque, como sería lógico, el apoyo del PP que es la alternativa de gobierno. Hay leyes que no deberían ser propiedad de un partido y sus aliados parlamentarios. En este punto, comete un error movido por el frentismo que quiere impulsar en la política española para conseguir la movilización de la izquierda. Esta estrategia sería un fracaso si alcanzara pactos con Feijóo. El objetivo es seguir con la idea de que puede llegar la «coalición del miedo», aunque a los españoles les inquietan más los podemitas, independentistas y filoetarras.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)