
Biblioteca Harley-Davidson
Añadir confusión
Cuando se lanzó a pronunciar la supuesta palabra tabú, supongo que, por la adrenalina generada por un acto de valentía tan notable, se puso nerviosa y habló del «genocidio de Cisjordania».
Sostenía Borges que a finales del siglo veinte cada vez se hablaba menos de metáforas y en su lugar se interpretaba todo a través de metonimias. Él decía que no le parecía que hubiéramos ganado con el cambio. Y a mi, la verdad, es que tampoco me lo parece. Para el lego en estos tropos, diré que la metáfora es la sustitución de una palabra por otra cuya relación es de semejanza y la metonimia es una sustitución por relación de contigüidad.
Eso, la contigüidad, es lo que le debe haber pasado a Natasa Pir Musar, presidenta de Eslovenia, que protagonizó uno de los patinazos más sonoros que se ha dado hace mucho tiempo en un discurso en el Parlamento Europeo. Natasa quiso sacar pecho con ese discurso, actualmente de moda, que se usa para hacerse el sastrecillo valiente. Ya saben, se trata de decir que hay que atreverse a decir «genocidio». El bochorno vino de que, acto seguido, cuando se lanzó a pronunciar la supuesta palabra tabú, supongo que, por la adrenalina generada por un acto de valentía tan notable, se puso nerviosa y habló del «genocidio de Cisjordania».
A ver, Gaza y Cisjordania están casi contiguas, lo cual hace el fallo humano y falible. No le voy a reprochar a Nastasia que no sepa colocar Gaza en el mapa cuando yo a duras penas puedo ahora mismo situar a Eslovenia en el dibujo de Europa mentalmente. Pero a ella le han dado una mesa y un despacho mucho más grande que a mí y estaría bien que los políticos repasaran de vez en cuando la geografía para no hacer el ridículo con sus grandilocuentes afirmaciones.
Es doblemente macabro cuando te matan que después los políticos entren a pelearse sobre cómo debe llamarse o no tu asesinato. Eso solo sirve para actuar falsamente de héroe y añadir más confusión al asunto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar