Tribuna

El cierre parcial del gobierno federal: Pugna entre modelos contrapuestos

Se logrará un acuerdo antes del 1 de noviembre, el festivo de Memorial Day, que honra a los estadounidenses que han servido en sus fuerzas armadas y los caídos en todas sus guerras

En muchas democracias desarrolladas la división política impide que se aprueben presupuestos. Estados Unidos ha padecido en su historia veintidós cierres parciales del gobierno federal. La mayoría de dichos episodios no duraron más que unas horas o pocos días. El actual es el cuarto más largo. La polarización política ha aumentado en la primera potencia mundial. Pero la pugna entre la distribución de poder y financiación entre el gobierno federal y las administraciones locales (estados, condados, municipios) es una constante en la historia de EEUU.

Desde el 1 de octubre 2,2 millones de funcionarios federales no han recibido sus pagas. Ochocientos mil de ellos trabajan en funciones y ministerios considerados esenciales. Acuden diariamente a su empleo. En dicha categoría están los miembros de las fuerzas armadas, protección de fronteras y aduanas (CBP), seguridad nacional (DHS), inmigración (ICE), controladores aéreos y personal de seguridad en los aeropuertos y otras infraestructuras de transporte y correos (USPS). Pero 1,4 millones de funcionarios de los estados, condados y municipios continúan ejerciendo sus funciones. Esto significa que el cierre no afecta a 19,9 millones de empleados públicos no federales. Se trata de maestros, profesores, policías, bomberos, asistentes sociales y empleados en la sanidad, transporte, obras públicas y parques y recreación.

Durante el cierre parcial los jubilados reciben sus pensiones. Se mantiene asimismo la asistencia sanitaria pública para los mayores de 65 años y con discapacidades (Medicare) y para las personas con menos ingresos (Medicaid.) También fluye la ayuda alimentaria para 40 millones de personas del programa SNAP y la cobertura médica para menores de familias pobres de la ley CHIPS.

Los demócratas apuestan que el encarecimiento del coste de la vida y la popularidad de las prestaciones médicas y sociales justifican su oposición a la prórroga presupuestaria. Esperan réditos en las urnas para dos contiendas a la Cámara de Representantes y la elección de gobernador en Virginia y Nueva Jersey entre noviembre y diciembre, así como las legislativas plenas de 2026. En la encuesta de AP-NORC un 60% culpa al presidente Donald Trump y los republicanos por el cierre mientras que un 54% opina que los demócratas son los responsables.

A los mercados no les preocupa la disputa presupuestaria. El 17 de octubre el S&P cerró en 6.664 puntos, el Nasdaq en 22.679 puntos y el Dow Jones en 46.190. Los tres índices cotizan cerca de sus máximos históricos. La rentabilidad que exigen los inversores para comprar el bono a diez años ha disminuido por debajo del 4%. La cotización del dólar frente al euro y otras divisas fundamentales tampoco se ha resentido.

En la última década la deuda del gobierno federal se ha doblado hasta alcanzar 37,7 billones de dólares. La creencia de la dependencia de inversores extranjeros es incorrecta. De los 37,7 billones, ciudadanos e instituciones de EEUU poseen 20,6 billones y 7,8 billones son obligaciones intergubernamentales.

La deuda federal también es sostenible mientras el dólar se mantenga como la moneda más empleada en el comercio internacional, reservas de los bancos centrales e intercambios de divisa. En 2024 EEUU nuevamente lideró el mundo en atracción de inversión extranjera directa (IED), con un flujo de 151.000 millones de dólares y un stock de 5,7 billones.

En 2025 se registró un déficit público equivalente al 6,2% del PIB. La falta de responsabilidad presupuestaria de los demócratas se manifiesta en los más de 4 billones de dólares de programas de estímulo aprobados durante la presidencia de Joe Biden. Los republicanos quizás no deberían haber prorrogado el recorte del impuesto de la renta para los más ricos. Se incluyó en la ley conocida como única, grande y bella (OBBBA) que entró en vigor el 4 de julio.

A pesar de las reseñadas ayudas a nivel federal y estatal, un 67% de los estadounidenses viven de paga en paga. Este porcentaje ha aumentado notablemente desde el 48% en 2020. El excesivo endeudamiento de las familias magnifica las consecuencias del cierre parcial.

El desequilibrio entre gastos e ingresos se debe parcialmente a las posiciones antagónicas de republicanos y demócratas sobre el modelo económico. Trump y los republicanos propugnan una disminución del sector público, menor fiscalidad y recortes a prestaciones sociales. Los demócratas rechazan cualquier reducción de las ayudas y exigen mayor tributación para clases altas y empresas. La Casa Blanca presume de las inversiones de billones de dólares por parte de multinacionales y recaudación récord vía aranceles atribuibles a la agresiva política comercial. Pero la magnitud de la recuperación de tejido industrial es incierta. Los intereses sobre la deuda ya constituyen un 12,9% del presupuesto federal.

Se logrará un acuerdo antes del 1 de noviembre, el festivo de Memorial Day, que honra a los estadounidenses que han servido en sus fuerzas armadas y los caídos en todas sus guerras. Se celebran cientos de actos públicos en Memorial Day, que este año además coincide con el 250 aniversario de la creación de las fuerzas armadas de EEUU en 1775. Los votantes no perdonarían que los políticos continuaran cobrando y se cancelaran los mencionados actos.

Alexandre Muns. Profesor, EAE Business School