Toni Bolaño

A día de hoy

La Razón
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Pedro Sánchez está dispuesto a jugar todas sus cartas. Estuvo callado durante trece días aguantando todo tipo de críticas y presiones. No quería hablar, porque en este contexto político las palabras no se las lleva el viento. Escuchó a todos los líderes de su partido y constató que el PSOE tiene dos –o más– almas y sensibilidades. Lleva dos años al frente del PSOE por voto y voluntad de la militancia, pero también lleva dos años al frente del PSOE esquivando campos de minas, inquinas y conspiraciones internas. Sabe que un error suyo será la excusa perfecta para animar intrigas palaciegas.

Habló el sábado en el Comité Federal, fijando la posición. Su posición. Y empezó a jugar con los tiempos y con los nervios de unos líderes territoriales socialistas que quieren ser ellos, y no el secretario general, quienes fijen la posición del partido. No parece que Pedro Sánchez les vaya a dar el gusto. La posición del PSOE la fijará el líder del partido y, si es necesario, las bases socialistas a las que se refirió con cariño tras la entrevista con Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados. Con este as en la manga, Sánchez pronunció el ya famoso «a día de hoy» para señalar que votará contra la investidura de Rajoy.

Aunque sus adversarios se rasguen las vestiduras, «a día de hoy» es lo que toca. Pedro Sánchez dice «no» porque quiere que Rajoy sude la camiseta y que Albert Rivera pase el Rubicón de la abstención. El líder socialista, según fuentes que cita Ainhoa Martínez en su artículo, ha puesto encima de la mesa la posibilidad de que el PSOE dé un golpe de timón para poner la legislatura en marcha. Estudia una posible abstención que, sin duda, no será gratis, que pasa ineludiblemente por el «sí, quiero» de Albert Rivera y que mira de reojo al veleta de Pablo Iglesias, que ahora le lanza cantos de sirena. «A día de hoy» todo sigue igual. «No» es «no», pero no hay que descartar nada porque Sánchez, al que muchos han dado por muerto, sigue en primera línea y no está dispuesto a tirar la toalla. Ni en el ámbito político ni en el orgánico.