Julián García Candau

Ahora sí se va en serio

Los amaños de partidos, hasta ahora, eran cuestión puramente futbolística. Los fraudes, actualmente, tienen que ver con las apuestas y en éstas se barajan muchos dineros. Desde hace unos años cada jornada, por cada partido, hay millones por los pronósticos. En ellos va desde el autor del primer gol al resultado final. Si siempre ha habido dudas razonables sobre partidos en que están en juego intereses importantes como títulos o descensos, lo investigado ahora, tres clubes de Primera y seis de Segunda, va más allá de lo que han sido en otros años ventas de partidos, nunca demostradas judicialmente, pero siempre con perfume de fraude.

Lo habitual en España ha sido sospechar y conocer que un jugador ha denunciado el hecho, aunque a la hora de la verdad y ante tribunal deportivo autorizado, ha dado la callada por respuesta. Siempre que ha habido un conato se ha terminado por acudir a la solidaridad entre profesionales para no cantar. El único cántico ha sido siempre el de la palinodia. Arrepentimiento por haber anunciado algo indemostrable.

Esta vez, la cuestión ha llegado a la Fiscalía General del Estado y la Liga y el CSD se han personado para perseguir formalmente a los delincuentes. Ciertamente, manipular un resultado para favorecer un signo en la quiniela no suele tener trascendencia porque el dinero se reparte entre muchos. Las apuestas actuales, en empresas privadas, radicadas en diversos países se prestan a grandes amaños. El hilo que ha tirado del ovillo han sido los dineros inesperados sobre resultados imprevisibles.

Posdata. Afortunadamente, hemos pasado del Comité de Competición a los juzgados.