Carlos Rodríguez Braun

Bitcoin

He leído «Bitcoin. La moneda del futuro» (Unión Editorial) sobre esta moneda virtual, electrónica y descentralizada. Como escribió James Freeman en «The Wall Street Journal», se trata de una moneda que no tiene valor intrínseco y no está vinculada con nada que lo tenga (véase también http://goo.gl/EiOGT). Lanzada en 2009 con un valor cero, su primera transacción tuvo lugar en 2010 a 0,003 dólares, y llegó a valer casi 100 el mes pasado (ow.ly/l2OvT). El bitcoin tiene el atractivo de ser lo opuesto a los bancos centrales: tiene una naturaleza P2P y no puede ser controlado por ningún poder: «Esto impide el aumento arbitrario de la cantidad de bitcoins en circulación y cualquier otro tipo de manipulación del valor por parte de las autoridades». De ahí que en momentos de desconfianza sobre lo que hará el poder con la moneda que nos impone, su demanda y su precio pueden aumentar bastante. El misterio: la cantidad de bitcoins estará limitada a 21 millones por su propio protocolo. No hay seguridad de que sea así. Dos comentarios finales. Uno, si no hay crédito en bitcoins, si es solo una moneda, y no dinero, su eventual capacidad nociva resultará limitada. Dos, la incertidumbre sobre su emisión ha de ser contrastada con las otras monedas, o sea, todas las demás, las que no son voluntarias y cuyos dueños, los Estados, han dado reiteradas muestras de lo que significan las emisiones excesivas; en ausencia de siglos de historia del (bien) llamado «envilecimiento monetario», el bitcoin no tendría futuro.