Juan Iranzo

Cambio de ciclo económico

La economía europea y la española han abandonado afortunadamente y, probablemente definitivamente en los próximos años, la recesión económica, es decir, el crecimiento negativo del PIB. Sin embargo, los crecimientos esperados pueden ser menores que en el pasado. La salida de la crisis en España está siguiendo las pautas tradicionales. En primer lugar, es necesaria una mejora del entorno internacional que abra más posibilidades a nuestras exportaciones. En los últimos doce meses, las exportaciones españolas se habían intensificado enormemente hacia nuevos mercados, Iberoamérica y China, a los que hay que añadir recientemente los europeos, que están mejorando sensiblemente.

Para incrementar la competitividad, la economía española tradicionalmente devaluaba su moneda. En la actualidad, con el euro, este proceso es imposible. Sin embargo, afortunadamente se está llevando a cabo una «devaluación interna» de precios y salarios que está teniendo efectos similares, por lo que no es necesario realizar nuevamente un ajuste generalizado de los salarios, tal y como propone el Fondo Monetario Internacional. Este ajuste sólo se debe producir en aquellas empresas que lo sigan necesitando, ya que las otras ya han llevado a cabo mejoras enormes en su competitividad, puesto que si no formarían parte de las más de 400.000 empresas que se han quedado por el camino definitivamente.

Hay que resaltar que los ajustes de precios y salarios han permitido mejorar la situación del mercado laboral, ya que, por ejemplo, en el año 2009 los salarios crecieron inadecuadamente por la ultraactividad de los convenios y el ajuste de la productividad se realizó destruyendo un millón de puestos de trabajo.

El enorme ajuste de la competitividad ha llevado al superávit de la balanza de pagos, que se está viendo incrementado por el magnífico año turístico que se está registrando en nuestro país.

Una vez incrementadas las exportaciones, España tradicionalmente ha empezado a invertir tanto con fondos propios como procedentes del exterior. Actualmente, aunque de una manera muy tímida, se ha producido un incremento en la inversión en bienes de equipo y se está desacelerando la caída de la construcción. El crecimiento proveniente del sector exterior está desacelerando la caída del consumo privado, lo que debe llevar a la creación de empleo neto en el verano de 2014, puesto que la reforma laboral ha permitido reducir la Ley de Okum, es decir, el crecimiento mínimo generador de empleo neto, que, según el profesor Bécker, en el pasado se situaba alrededor del 2,6% de crecimiento del PIB y hoy podría estar alrededor del 0,8%. La creación de empleo neto genera expectativas positivas de aumento de renta, lo cual unido a la riqueza inmobiliaria de las familias españolas puede generar crecimiento positivo del consumo en la última parte del 2014, con lo que iniciaríamos un círculo virtuoso.

La salida de la crisis en España se debe al gran esfuerzo que están realizando las empresas privadas y los trabajadores, y a la acertada política económica del actual Gobierno. En efecto, es esencial el proceso de consolidación fiscal que se está realizando en nuestro país, que ha permitido reducir significativamente nuestros costes de financiación. Asimismo, la reforma laboral ha introducido eficiencia en el mercado de trabajo y la reforma financiera ha favorecido adecuar el tamaño del mismo y recapitalizarlo para que vuelva a fluir. No obstante, la política económica debe seguir llevando a cabo reformas estructurales que permitan incrementar nuestro potencial de crecimiento. Hay que restaurar la unidad de mercado, garantizar la sostenibilidad del sistema nacional de salud y de las pensiones públicas y llevar a cabo una reforma fiscal que reduzca significativamente los impuestos empresariales y personales, sobre todo, cotizaciones sociales e IRPF, para impulsar significativamente la competitividad y la actividad económica.

Afortunadamente, lo peor de la crisis ha pasado. Hemos abandonado la recesión, mejorarán progresivamente el mercado laboral y el consumo, pero todos debemos tener muy presente que el mundo global en el que nos movemos aumenta las oportunidades pero significa más competencia. Para aprovechar estas oportunidades, los trabajadores y las empresas tenemos que ser más productivos, lo que debe ser favorecido también por una política económica como la que se está llevando a cabo en nuestro país y que se intensificará en los próximos meses.