Julián García Candau

Diego, víctima inocente

Iker Casillas no cuadraría en el Barcelona por lo que cuanto se ha dicho en este aspecto carecía de sentido. Sí lo podría tener, sin embargo, que a Víctor Valdés lo supliera Diego López. Sería historia muy distinta. No tiene tano arraigo madridista como el capitán. Casillas no puede salir del club por su historial, por el cariño que le tiene la afición y por el apoyo con que cuenta en los medios informativos. En otros casos, los trasvases no han creado conflicto y éste podría ser uno más.

Diego López sí debe plantearse la posibilidad de cambiar de aires. Es un gran profesional y ha cumplido excelentemente hasta la fecha. No obstante, cada día lo vive al borde del precipicio. Hay sobre él presión constante. Hasta en el Bernabéu hay quienes desean el fallo que obligue a los dirigentes a variar de opinión. A Casillas lo patrocinan tantos que a Diego lo han convertido en víctima propiciatoria. No es posible que siga saliendo a jugar con el ánimo bien templado. En Iker debe existir la creencia de que acabará ganando la partida.

Diego no puede ser feliz. Casillas no saldrá del club y él seguirá asediado. Es hombre emplazado. La incógnita está en la fecha en que será relegado. El conflicto del que no son responsables los protagonistas no puede continuar durante mucho tiempo.

El problema lo han gangrenado desde dentro del club y fuera se condena a Diego, un inocente como lo fue Casillas con Mourinho. La inquisición mediática tiene la hoguera encendida. Los Torquemada le acechan.

Posdata. El caso Luis Figo fue distinto. Hubo opa hostil al Barcelona.