César Lumbreras
El cinco jotas chino
Para vender más jamón del bueno a los chinos ha sido necesario que los chinos entren en la empresa que hace esos jamones. Parece un galimatías, pero no lo es. Es la realidad. El grupo chino Fosum va a hacerse, acudiendo a una ampliación de capital, con el 20% de las acciones de la empresa alimentaria Osborne, que es, a su vez, la propietaria de Cinco Jotas, la marca más emblemática de productos derivados, especialmente los curados, del porcino ibérico español, lo queramos, o no. Desde esta última han justificado la operación por una doble razón: de un lado, por la inyección de capital que eso supondrá; del otro, porque sus responsables piensan que así será más fácil entrar en el mercado chino, con bastantes millones de consumidores potenciales de todos sus productos y no sólo del jamón.
Cuando conocí la noticia, creí que iba a tener mucha más repercusión a la vista de que estamos hablando de un sector emblemático para España, como es el del cerdo ibérico, de un producto todavía más emblemático en nuestra cultura como es el jamón de ibérico y de la marca simbólica por excelencia: el Cinco Jotas. ¿Cuántas veces hemos escuchado aquello de quiero un jamón Cinco Jotas, en un restaurante, en una tienda o en simples conversaciones informales? Sin embargo, la cosa no ha sido así y la operación ha pasado bastante más desapercibida de lo que cabría suponer.
Debe ser por aquello de que ya nos hemos acostumbrado a que la globalización sea un hecho y a que los chinos vayan comprándolo, si no todo, sí casi todo. En cualquier caso, así es como están las cosas y cuando se materialice esa ampliación de capital, de las Cinco Jotas, una ya no será española, sino que tendrá propiedad china.
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