Alfonso Merlos

El estanque

La Razón
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Aguas en las que no se observa movimiento, que sufren el deterioro producido por el paso del tiempo, por las inclemencias atmosféricas, que se degradan dejando un hedor imposible de omitir o disimular en su apreciación. La ciénaga, el estanque verde. El caso de los ERE falsos y los cursos de formación: el túnel para el que no se intuye la salida.

Ahí estamos. En un proceso que se demora durante demasiados años sin que hoy se pueda atisbar en la voluntad de la jueza Bolaños el ímpetu y la diligencia para llegar hasta las últimas consecuencias en la indagación de forma directa (cueste lo que cueste) de la naturaleza y responsabilidad de los delincuentes. Con iniciativa, con pasos firmes y contundentes que muestren a la opinión pública el camino que deben seguir los malhechores: quienes han falsificado documentos, estafado y robado a manos llenas a sabiendas de que sus procedimientos llevaban la vitola de las organizaciones entregadas al crimen. Tan decepcionante como sospechoso.

Una cosa es la corrupción y otra la percepción de la misma. En este sentido, el PSOE se puede dar con un canto en los dientes. No hay mayores casos de atraco al contribuyente que los perpetrados durante años por los socialistas y sus secuaces en Andalucía. Y aún así, una investigación que desde la salida de la juez Alaya avanza a trancas y barrancas, que carece de músculo, que adolece de falta de energía, está contribuyendo a la amnesia colectiva sobre inenarrables fechorías perpetradas por los socialistas durante años.

Algo se pudrió en la Junta. Bien lo saben Chaves, Griñán y Díaz. Pero –casi más grave– algo huele a podrido en los ritmos para hacer justicia a los reyes de la chorizada.