Rosetta Forner

El fin de la incompetencia

A lbergo la esperanza de que, con las reformas que introduzca el PP, se estimule la calidad de la enseñanza, mejoren los resultados y descienda el fracaso escolar. Este año es el último de la ley socialista, hecha por unos que no destacaron por su excelencia –los competentes no suelen ocupar cargos–. Como soy de las que estudiaron Filosofía, me pregunto cómo es que los mejores no suelen ser los que mandan...Así nos dejaron muestras de su «insabiduría» tales como «pixie y dixie» (por «dixit»), «el feto es un ser vivo pero no un ser humano» (una bibianada), y un largo etcétera destinado a hacer reingeniería social, es decir, a introducirnos un virus en el sistema de suerte que acabásemos siendo bastante lerdos. Lo he dicho en varias ocasiones: es muy fácil domeñar a una población ignorante cuyas neuronas no están acostumbradas a pensar. Asimismo, la época socialista se caracterizó por invadir la esfera de las competencias privadas, haciéndonos creer que el Estado intervenía en nuestras vidas por nuestro bien y que todo era «gratis». Que los padres sean los responsables de la educación de sus hijos es lo suyo. Lo que era y es inadmisible es un Estado que nos quiere mandar hasta en el cuarto de baño. Bienvenidas sean la libertad y la responsabilidad que la acompaña. En verdad, el sistema educativo deberían tirarlo a la basura y empezar de nuevo. Más esfuerzo, más fomentar la excelencia, y más enseñarle a la gente a agitar las neuronas. Las asignaturas clásicas permitían ejercitar el intelecto, daban alas a la mente. Otrora, la gente con un solo libro sabía mucho más que los niños de ahora. Hay muchos aspectos que mejorar en la sociedad española, una buena educación es un primer paso en una buena dirección. Soy optimista, prefiero ver «la vidaen Rosetta». Adiós a la incompetencia, adiós.