César Lumbreras

El mundo del revés

Parece que al final se ha impuesto al sentido común. Pero un Gobierno del PP, al que se supone más próximo a la Iglesia Católica y, por lo tanto, a los misioneros que andan por esos mundos contribuyendo en primer lugar a la mejora de la calidad de vida de los más desfavorecidos, se había planteado la posibilidad de que fuese la Orden de San Juan de Dios la que tuviera que hacer frente a los gastos de repatriación de los dos afectados por el ébola que llegaron el jueves a Madrid. Cuando se hizo pública la noticia, el PSOE e Izquierda Unida, tenidos por «comecuras», dijeron que de eso nada, que debía ser el Estado el que corriese con los gastos. Supongo que en el caso de los socialistas habrían sopesado los antecedentes de lo sucedido años atrás con los cooperantes que fueron secuestrados y por los que el Estado pagó el correspondiente rescate y, además, también fueron repatriados en aviones del Ejército del Aire.

La verdad es que lo anterior resulta difícil de entender, pero así es como ha sucedido. Desde la citada Orden, sus responsables ya habían señalado que «asumiremos los gastos y responsabilidades que tengan que asumirse». No hará falta, porque desde el Gobierno del PP dijeron ayer que no se pasará factura. No obstante, y para el caso de que Montoro hubiese tramitado la factura, estoy completamente seguro de que seríamos muchos los españoles dispuestos a poner nuestro granito de arena, en forma de euros, para contribuir a financiar el coste de la operación. Es más, no me cabe la menor duda de que la Orden de San Juan de Dios habría ingresado bastantes más fondos de la cantidad reclamada.