Restringido

El plumero

Dos grandes artistas han rechazado en las últimas semanas sendos premios nacionales de música y de fotografía. Ambos han argumentado que el Ministerio de Educación y Cultura le está haciendo mucho daño a ambas cosas y por lo tanto ellos no quieren avalar, con la aceptación del premio, una gestión tan nefasta y reaccionaria como la que mantiene el Gobierno de Rajoy y, especialmente, su ministro Jose Ignacio Wert. El primero en decir no al galardón fue Jordi Savall partidario del derecho a decidir, es decir, de un referéndum para alcanzar la independencia, aunque al renunciar se apresuró a negar que hubiera una relación de causa efecto, que diría Felipe González, con la prohibición del referéndum ilegal. Savall tambien se escudó en la supuesta mala gestión de la cultura por parte del PP. Es una pena que alguien con el talento del intérprete catalán mezcle la política con el arte. En el caso de la fotógrafa Isabel Esteva Hernández, simplemente se le ha visto el plumero, y no sólo «la Colita», sobrenombre con el que lleva muchos años de éxito más que merecido. Si el premio hubiera llegado hace tres o cuatro años con la izquierda en el poder, con Zapatero en la Moncloa, ambos habrían recibido el premio con enorme regocijo, pero cuando al talento se une el veneno del sectarismo ocurren estas cosas, porque el sectarismo no permite ver el bosque sino sólo los árboles. El gobierno de Rajoy está cometiendo errores de bulto que seguramente pagará muy pronto en las urnas, pero cambiar la ley de educación no ha sido uno de ellos. Las leyes de los socialistas nos han llevado a tener el índice de fracaso escolar más alto de los países llamados de nuestro entorno, y en materia de cultura se tiró el dinero a manos llenas para financiar proyectos condenados al fracaso pero realizados por amiguetes. ¿O qué eran los «intelectuales» de la ceja?