El relumbrón de LaLiga

Cristiano, el mejor jugador del curso para el mundo FIFA; junto a cuatro compañeros, Marcelo, Ramos, Modric y Kroos, formó en el equipo ideal, con Messi, Iniesta y Neymar –el cómputo es de antes de irse al PSG, en una operación cifrada en 700 millones, entre picos, palas y azadones,a cuenta de Al-Khelaïfi–. La pléyade no hace sino confirmar el poder y el valor de LaLiga, que, paradójicamente, no consigue aglutinar en su gala ni al diez por ciento de sus estrellas. Si Javier Tebas lograra la presencia de todos los premiados, el producto multiplicaría su cotización en ese mercado extranjero que domina la Premier, sin un solo artista en el elenco. Buffon, Bonucci y Alves –de su etapa en la Juve– completaron el once. Y el mejor entrenador, Zinedine Zidane. Deslumbró el Real Madrid en la ceremonia londinense de los premios The Best y el fútbol español dejó su impronta y una imagen de glamur y poderío que dista mucho de la institución que reparte las licencias.

Ángel María Villar se encuentra bien, «gracias de Dios», dice; se está empollando el sumario de la «operación Soulé» en el despacho de Gorka, su hijo; está entretenido y empeñado en demostrar su inocencia, por eso no dimite, por eso no pierde el buen humor... Algún día hablará, en una entrevista, pero por ahora prefiere guardar silencio. Va tachando nombres de quienes considera que le han traicionado. Su lista de amigos ha encogido considerablemente. Pero no pierde ripio de lo que se cuece, del acercamiento de Larrea a su enemigo Tebas, una de las tres personas a quienes acusa de haberle metido en la cárcel. Y está al día de los movimientos para sucederle. Sabe que un par de glorias balompédicas no han querido escuchar los cantos de sirena; está al tanto, y le duele, de los progresos de Luis Manuel Rubiales, quien, en caso de moción de censura (22-N), tiene todas las papeletas, o más de noventa avales, para sucederle. Y la vida sigue.