Julián Redondo
Entrenador a la vista
El Madrid es noticia por lo bien que juega al fútbol, porque su entrenador ha compartido mesa y mantel con el seleccionador español, de quien no se puede tener mejor opinión –«Del Bosque es un gran señor», declaró Ancelotti en Onda Cero–, y porque Sergio Ramos apunta maneras en el banquillo, y no de reo, como Piqué en el Barcelona. Como los jugadores del Madrid no conceden entrevistas, salvo en actos de promoción o cuando acuden a la llamada de la Roja, Ramos habló para Radio Marca y entró a todas las preguntas, dejando patentes sus genes de zaguero y su ADN de entrenador en el futuro. Discrepa de cómo ha tratado la Federación y por ende Del Bosque las cuestiones que afectan a Diego Costa y a Cesc Fàbregas, ambos del Chelsea. Ha puesto en un brete su compromiso con la Selección, que para él es lo principal; pero le ha faltado contundencia al señalar a los culpables de ambas ausencias, que podrían ser los dos jugadores, el seleccionador o el entrenador de ambos, que no ha dejado de dar la matraca con Costa cada vez que ha sido convocado, y ahora también con Cesc. Del Bosque no ha entrado al trapo de Mourinho y aseguran en Inglaterra que Diego y Fàbregas se han desmarcado por no aguantar a Mou. Así, el principio de autoridad del seleccionador ha quedado en entredicho, como el compromiso de los dos futbolistas con España. Ramos no profundiza, pero lo deja caer y reparte la culpa entre todas las partes. Es más conciso al referirse al aire que se respira en el vestuario del Madrid desde que entró Ancelotti: «El clima es mucho más sano y tranquilo que hace tiempo». A buen entendedor...
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