Julián García Candau

Esperando a Neymar

El principio de temporada no es el que habría deseado Martino, entrenador barcelonista. Cuando ya comienza la parte seria, Messi está como acabó la pasada temporada: con problemas físicos. No se ha recuperado del todo y lo prudente es obligarle a descansar para que vuelva a disfrutar de las facultades que le convierten en jugador excepcional. Ni siquiera Messi puede permitirse el lujo de mantenerse en el campo en precarias condiciones. Ocurrió en la pasada semifinal de Liga de Campeones ante el Bayern y el club lo pagó. Preocupa que haya vuelto a padecer lesiones que nunca había sufrido y que le habían permitido jugar todos los partidos incluidos los amistosos. Siempre se dijo que no permitía a los entrenadores que le dieran el mínimo reposo porque buscaba los grandes títulos individuales, desde el «Balón de Oro» a la «Bota de Oro» y, consecuentemente, el Pichichi español. Martino ha sido el primero que se ha atrevido a darle descanso al final de medio encuentro.

La baja de Messi ha coincidido con la anemia de Neymar y la falta de compenetración de éste con el juego del equipo. Al brasileño, todavía en tiempo de acoplamiento, le va a tocar liderar el ataque azulgrana. Hasta ahora, solamente se le han visto chispazos. El gol al Atlético denota capacidad para aprovechar las oportunidades. Lo mejor, por el momento, han sido dos pases a compañeros, propios de quien piensa a la misma velocidad que maneja los pies, condición de gran estrella. El barcelonismo, de momento, sigue sin ver a la pareja en acción.

Posdata. Gareth Bale, con el recibimiento que se avecina en el Santiago Bernabéu, creerá que llega a Hollywood.