Esto sí que es una chirigota

Esta noche se celebran en el Gran Teatro Falla las finales del COAC 2017, cuyos resultados no se conocerán hasta el fondo de la madrugada del sábado y los autores de las agrupaciones, singularmente los de las chirigotas, se exprimen la sesera en busca de letras novísimas con las que sorprender a la concurrencia y a Juanjo Téllez, presidente este año del jurado. Es la esclavitud de prestarse a cuatro pases en siete semanas, una sobreexposición, para más inri televisada, que permite al público familiarizarse con los repertorios pero también le cercena la capacidad de asombro. Los meteoros vinieron en auxilio de los letristas con esa tormenta de barro que descargó en las claritas del jueves sobre varias provincias andaluzas. «Polvo sahariano», se apresuraron a anunciar los hombres de la bata blanca, y enseguida quedamos paralizados por el calambre del ingenio: «Eso es como fornicar con un beduino», quedó el cuplé rematado. La cuestión es que se hizo la noche en pleno día y ello le confirió a esta víspera carnavalesca un tono apocalíptico que acojonaba, francamente, una luz de eclipse que los más incautos habrían identificado con el inminente fin de los tiempos, según nos enseñaba Mark Twain en el desenlace de «Un yanqui en la corte del Rey Arturo». Será mejor salvaguardar a Juan Marín de estos rumores de juicio final, pues el líder regional de Ciudadanos es persona crédula y permeable a todo tipo de murmuraciones. Solicita una rebaja del IRPF porque, dice, le llegan habladurías sobre un adelanto electoral. No porque los andaluces merezcan una relajación de la presión fiscal confiscatoria que padecemos, no, sino porque un amigo de su chiquillo ha leído nosequé en un tuit de firma anónima. Esto sí que es una chirigota, desde luego que sí.