José María Aznar Botella

¿Hasta cuándo la calma?

Es sorprendente la calma chicha que viven los mercados después del mero anuncio de compra de deuda periférica por el BCE. Desde el amago de intervención de Draghi, la economía europea ha sufrido una notable desaceleración, la deuda griega ha vuelto a ser reestructurada, el gobierno de tecnócratas italiano se tambalea y sin embargo todos los indicadores de estrés en el sistema financiero se han relajado.

El crédito vuelve a la periferia europea e incluso a emisores no soberanos. Muy significativa ha sido la colocación de deuda de la Comunidad de Madrid la semana pasada. Emitió 1.400 millones de euros a 2 años y un coste algo superior al 4%. Sabemos del comprador, que no es de la zona euro, lo que es significativo. ¿A qué se debe el súbito apetito por el crédito periférico?

En mi opinión son dos los factores que influyen: el anuncio del BCE ha cambiado la percepción del riesgo sistémico en la eurozona, y por otra parte, la nula rentabilidad de la deuda pública en los países considerados seguros está empujando al inversor a asumir más riesgo en busca de rentabilidad. Cuando la rentabilidad de un bono a dos años en Estados Unidos, Alemania o Suiza no supera los 25 puntos básicos, supongo que es muy tentador para el inversor prestarle dinero a la Comunidad de Madrid al 4%.

¿Es esto sostenible o vivimos un espejismo? La realidad es que la capacidad de la periferia europea para hacer frente a su deuda ha empeorado en los últimos meses. Es difícil pensar que mientras no se vislumbre un retorno al crecimiento económico, esta calma persista mucho tiempo más. En algún momento el mercado exigirá al BCE pasar de los anuncios a la acción, y entonces puede que hasta Cataluña pueda colocar su deuda.