María José Navarro

Isabel

No sé si saben Vds. que ha sido asesinada una mujer mientras permanecía en el hospital tratando de recuperarse a duras penas de la paliza que le había propinado su marido. Si les aburre esto de la violencia de género no se preocupen. Pasen la página, dejen de leer, ocupen el tiempo en cosas más productivas. Entiendo que es un tostón, que pasa casi a diario y que tampoco es cuestión de amargarse el día, oiga. Venga, hasta luego. Si les apetece seguir, quizá sea bueno reflexionar sobre el caso, sobre esta muerte atroz que ha tenido lugar en Verín y que refleja con claridad que son muchas las costuras mal cerradas. Para empezar, Isabel estaba en coma. Su marido contó que había sido herida de gravedad en un atraco a su casa. Se me hace complicado pensar que un tipo de setenta y cinco años pueda urdir una trama tan sumamente perfecta para que su versión cuele sin más ante la autoridad policial. Difícil tragar con esto. Se me complica aún más cuando se sabe que la Guardia Civil sospechaba del marido. ¿Sólo sospechaba? ¿No hubo investigación? Aún se pone más cuesta arriba cuando conocemos que la juez, a pesar de no dictar medidas cautelares, aconsejó a los agentes vigilar a la mujer y extremar las precauciones en el hospital. Es decir, todo ha fallado, es un completo fracaso. Y se hace aún más insoportable leer que los vecinos del matrimonio no se explican «qué se le pudo pasar por la cabeza» al tal Aniceto, como si esta violencia fuera espontánea, transitoria, accidental. «Una pareja modélica» ha dicho el Alcalde. Es mentira que no se nota. Sólo hay que querer dejar de mirar a otro lado.